Archivo de categoría: Santo Abandono
Hombre bueno
Dios es infinitamente bueno y todas sus obras son buenas. Sin embargo, nadie escapa a la experiencia del sufrimiento, de los males en la naturaleza y sobre todo a la cuestión del mal moral ¿De dónde viene el mal? Quaerebam unde malum et non erat exitus («Buscaba el origen del mal y no encontraba solución»)Sigue leyendo «Hombre bueno»
Divina Misericordia
Anda, no seas malito
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre de ustedes que está en el cielo dará cosas buenas a aquellos que se las pidan! Mateo 7,11
¿Que pensabas Señor?
Qué cosa, o quién, fue el motivo de que establecieras al hombre en semejante dignidad? Ciertamente, nada que no fuera el Amor inextinguible con el que contemplaste a tu criatura en ti mismo y te dejaste cautivar de Amor por ella; por Amor lo creaste, por Amor le diste un ser capaz de gustar tuSigue leyendo «¿Que pensabas Señor?»
Verdad, bondad y belleza
Dios creó el mundo para manifestar y comunicar su gloria. La gloria para la que Dios creó a sus criaturas consiste en que tengan parte en su verdad, su bondad y su belleza
Santo abandono, fotografía explicita
Jesús pide un abandono filial en la providencia del Padre celestial que cuida de las más pequeñas necesidades de sus hijos: «No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿qué vamos a comer? ¿qué vamos a beber? Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esasSigue leyendo «Santo abandono, fotografía explicita»
Para la Gloria de Dios
Mi abuelita también vivía diciendo esto, Para la Gloria de Dios… ( No creo que en su tiempo tuviera acceso a estos documentos) Es una verdad fundamental que la Escritura y la Tradición no cesan de enseñar y de celebrar : «El mundo ha sido creado para la gloria de Dios» (Concilio Vaticano I: DSSigue leyendo «Para la Gloria de Dios»
Tu poder
Sé que eres todopoderoso: ningún proyecto te es irrealizable» (Job 42,2).
Traducción
Si afinan la vista, ahí dice: 10 Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir. 1 Corintios 1,10