¿Mahoma o el Espíritu Santo?
Juan 14: 16- 17,26: «Y yo le pediré al Padre que les mande otro Consolador, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con ustedes. Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no
lo ven ni lo conocen;, pero ustedes lo conocen, porque mora con ustedes y está en ustedes. (…) el Espíritu Santo, el Consolador que el Padre va a enviar en mi nombre, les enseñará todas las
cosas y les recordará todo lo que les he dicho».
Por lo general, los musulmanes alegan aquí que la palabra griega parakletos -que significa Consolador, Consejero, Abogado- no es la palabra original, sino que Jesús de hecho había predicho la venida de Mahoma por su propio nombre en griego usando la palabra periklutos, es decir, «el Alabado» pero los primeros cristianos la modificaron. Asimismo, se aduce que la mención directa al «Espíritu Santo’ en el versículo 26 en lugar de simplemente «Espíritu» es un agregado posterior y, por tanto, el texto debe referirse a Mahoma ya que, según alegan, en el lenguaje bíblico
«un espíritu» puede signifcar «un profeta» (cfr. 1 Juan 4: 1-3).
Respuestas:
1) La hipótesis conspiranoica de los musulmanes respecto de que los cristianos alteraron el texto para excluir la mención directa a Mahoma es simplemente absurda: por qué habrían de tener
un prejuicio contra alguien que nacería jcomo 5 siglos después!? Y, en el descabellado caso de que así fuera, icómo harían para cambiar la palabra en absolutamente todos los manuscritos
del Evangelio de Juan existentes en la Antigüedad? Eso sería imposible y, de hecho, «no hay evidencia alguna en favor de la aserción de que la palabra original fuese periklutos. Tenemos
miles de manuscritos del Nuevo Testamento anteriores al Islam, y ninguno de ellos contiene la palabra periklutos»
2) Dado el contexto del pasaje, es evidente que Mahoma no es quien está siendo predicho ya que, al ser de carne y hueso, sí fue visto por la gente del mundo y, al nacer varios siglos después,
no estuvo con los apóstoles ni permaneció siempre con ellos ni moró dentro de ellos. Más bien el texto encaja perfectamente con la actuación del Espíritu Santo que llegó a los apóstoles
en el día de Pentecostés tal como había prometido Jesús: «Y se les aparecieron lenguas como de fuego, que, repartiéndose se posaron sobre cada uno de ellos, Y todos fueron llenos del
Espíritu Santo» (Hechos 2: 3- 4). De este modo, el Espíritu Santo estuvo con los apóstoles y moró siempre dentro de ellos desde el día de Pentecostés.
3) Puede ser que en algunos manuscritos del texto no figure directamente la frase Espíritu Santo» sino solo «Espíritu» (por ejemplo, en el Códice Siraco, escrito alrededor del siglo V
y descubierto en 1812 en el Monte de Sinai). Pero eso es simplemente irrelevante desde que, por lo explicado en el punto anterior, es claro que el contexto del pasaje apunta efectivamente
a la persona del Espíritu Santo y eso no cambiaría incluso si solo dijera «Espíritu». En consecuencia, alegar que espíritu» quiere decir «un profeta» es querer estirar demasiado el significado del texto.
Por tanto, parece que las profecías de la Biblia que los musulmanes desean referir a Mahoma, se refiere más bien al ministerio y acción en el mundo de la segunda y tercera Persona de la Trinidad, es decir, el Hijo y el Espiritu Santo
Josh McDowell y John Gilchrist, El Islam a Debate, SEDIN, 1999, p. 143.
