Coherencia

Nada vale si tus palabras hablan un lenguaje diferente a tus obras, pues, quien escucha tus palabras, no entenderá lo que, luego, tus obras dicen. Y siempre quedarán confundidos y desorientados, y perderán la confianza en ti. Tu testimonio será un despropósito y dejará una huella negativa en todos aquellos que se relacionen contigo, y escuchenSigue leyendo «Coherencia»

Yo pecador

Mientras que Cristo, santo, inocente, sin mancha, no conoció el pecado, sino que vino solamente a expiar los pecados del pueblo, la Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación y busca sin cesar la conversión y la renovación» (LG 8; cf UR 3; 6).Sigue leyendo «Yo pecador»

Iglesia y Espiritu Santo

«En efecto, después de haber mostrado que el Espíritu Santo es la fuente y el dador de toda santidad, confesamos ahora que es Él quien ha dotado de santidad a la Iglesia» (Catecismo Romano, 1, 10, 1). La Iglesia, según la expresión de los Padres, es el lugar «donde florece el Espíritu» (San Hipólito Romano,Sigue leyendo «Iglesia y Espiritu Santo»

¿Un mal día, eh?

¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? 36 Como dice la Escritura: Por tu causa somos entregados continuamente a la muerte; se nos considera como a ovejas destinadas al matadero. 37 Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, graciasSigue leyendo «¿Un mal día, eh?»

Las Manos

Imponiendo las manos Jesús cura a los enfermos (cf. Mc 6, 5; 8, 23) y bendice a los niños (cf. Mc 10, 16). En su Nombre, los Apóstoles harán lo mismo (cf. Mc 16, 18; Hch 5, 12; 14, 3). Más aún, mediante la imposición de manos de los Apóstoles el Espíritu Santo nos esSigue leyendo «Las Manos»

No antepongan nada absolutamente a Cristo

Cuando emprendas alguna obra buena, lo primero que has de hacer es pedir constantemente a Dios que sea él quien la lleve a término, y así nunca lo contristaremos con nuestras malas acciones, a él, que se ha dignado contarnos en el número de sus hijos, ya que en todo tiempo debemos someternos a élSigue leyendo «No antepongan nada absolutamente a Cristo»

Espíritu Santo

El Antiguo Testamento proclamaba muy claramente al Padre, y más obscuramente al Hijo. El Nuevo Testamento revela al Hijo y hace entrever la divinidad del Espíritu. Ahora el Espíritu tiene derecho de ciudadanía entre nosotros y nos da una visión más clara de sí mismo. En efecto, no era prudente, cuando todavía no se confesabaSigue leyendo «Espíritu Santo»

Amor del Padre

¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él. 1 Juan 3,1