Familia

Mientras lo testigos veían el Milagro del Sol, los tres niños pastores vieron algo diferente: vieron la imagen de un padre y un hijo. San José y el Niño Jesús aparecieron en el cielo, con Jesús bendiciendo al mundo entero. Es como si María, después de atraer la atención del mundo al llamamiento de DiosSigue leyendo «Familia»

Testigo de Cristo

Ser testigo de Cristo es ser «testigo de su Resurrección» (Hch 1, 22; cf 4, 33), «haber comido y bebido con él después de su Resurrección de entre los muertos» (Hch 10, 41). La esperanza cristiana en la resurrección está totalmente marcada por los encuentros con Cristo resucitado. Nosotros resucitaremos como Él, con Él, porSigue leyendo «Testigo de Cristo»

Y Dios creó el vestido

Genesis 3:21 Y Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.  Un diseñador, en una entrevista televisiva, junto a un maniquí sobre el que disponía con delicadeza una tela. Aquel hombre menudo, de ojos tranquilos en los que brillaba una chispa creadora, usaba el verbo “modelar” para referirse aSigue leyendo «Y Dios creó el vestido»

Resurrección de los muertos

Creer en la resurrección de los muertos ha sido desde sus comienzos un elemento esencial de la fe cristiana «La resurrección de los muertos es esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer en ella» (Tertuliano, De resurrectione mortuorum 1, 1): «¿Cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Si noSigue leyendo «Resurrección de los muertos»

Resurrección

Creemos firmemente, y así lo esperamos, que del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado y que Él los resucitará en el último día (cf. Jn 6, 39-40). Como la suya, nuestra resurrecciónSigue leyendo «Resurrección»

Confesión

Si en la Iglesia no hubiera remisión de los pecados, no habría ninguna esperanza, ninguna expectativa de una vida eterna y de una liberación eterna. Demos gracias a Dios que ha dado a la Iglesia semejante don (San Agustín, Sermo 213, 8, 8) siglo IV Don Bosco confesando