La conversión de los judíos
En contraste con esta apostasía casi general, habrá de verificarse la conversión de Israel, anunciada por el apóstol San Pablo (Rom 11,25-26). Dios permitió la apostasía de su pueblo predilecto para llevar la salud a los gentiles (Rom 11,11). Pero se arrepentirán en su día y volverán a ser injertados como ramas naturales en su propio tronco (Rom 11,24), ya que las promesas y dones de Dios son irrevocables (Rom 11,29). En definitiva, compasión y misericordia de todo el género humano (Rom 11,32). Cuándo habrá de realizarse esta vuelta de Israel a la verdadera fe, en qué medida y proporción, con qué manifestaciones externas; he ahí otros tantos misterios que nadie absolutamente podría aclarar