“¡Venga a nosotros tu Reino!”

“El Reino de Dios [es] justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rm 14, 17). Los últimos tiempos en los que estamos son los de la efusión del Espíritu Santo. Desde entonces está entablado un combate decisivo entre “la carne” y el Espíritu (cf Ga 5, 16-25): «Solo un corazón puro puede decirSigue leyendo «“¡Venga a nosotros tu Reino!”»

Ven Señor Jesús

Esta petición es el Marana Tha, el grito del Espíritu y de la Esposa: “Ven, Señor Jesús”: «Incluso aunque esta oración no nos hubiera mandado pedir el advenimiento del Reino, habríamos tenido que expresar esta petición , dirigiéndonos con premura a la meta de nuestras esperanzas. Las almas de los mártires, bajo el altar, invocanSigue leyendo «Ven Señor Jesús»

Venga a nosotros tu Reino

En el Nuevo Testamento, la palabra basileia se puede traducir por realeza (nombre abstracto), reino (nombre concreto) o reinado (de reinar, nombre de acción). El Reino de Dios es para nosotros lo más importante. Se aproxima en el Verbo encarnado, se anuncia a través de todo el Evangelio, llega en la muerte y la ResurrecciónSigue leyendo «Venga a nosotros tu Reino»

Pobres pecadores

«¿Quién podría santificar a Dios puesto que Él santifica? Inspirándonos nosotros en estas palabras “Sed santos porque yo soy santo” (Lv 20, 26), pedimos que, santificados por el bautismo, perseveremos en lo que hemos comenzado a ser. Y lo pedimos todos los días porque faltamos diariamente y debemos purificar nuestros pecados por una santificación incesanteSigue leyendo «Pobres pecadores»

Violación de la Mishná

reunión con Anás y las posteriores con los sanedritas se realizó después del sacrificio de la tarde, violándose otra prohibición que dice «no se sentarán sino después del sacrificio de la mañana hasta el sacrificio de la tarde» (Talmud, Cap. 1, fol 19); sumado a todo esto tenemos que situarnos en que, esa tarde, eraSigue leyendo «Violación de la Mishná»

Santificado sea tu nombre

En el agua del bautismo, hemos sido “lavados [] santificados [] justificados en el Nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios” (1 Co 6, 11). A lo largo de nuestra vida, nuestro Padre “nos llama a la santidad” (1 Ts 4, 7) y como nos viene de Él que “estemos enSigue leyendo «Santificado sea tu nombre»

El Nombre de Dios Santo

El Nombre de Dios Santo se nos ha revelado y dado, en la carne, en Jesús, como Salvador (cf Mt 1, 21; Lc 1, 31): revelado por lo que Él es, por su Palabra y por su Sacrificio (cf Jn 8, 28; 17, 8; 17, 17-19). Esto es el núcleo de su oración sacerdotal: “PadreSigue leyendo «El Nombre de Dios Santo»

Gloria de Dios

La santidad de Dios es el hogar inaccesible de su misterio eterno. Lo que se manifiesta de Él en la creación y en la historia, la Escritura lo llama Gloria, la irradiación de su Majestad (cf Sal 8; Is 6, 3). Al crear al hombre “a su imagen y semejanza” (Gn 1, 26), Dios “loSigue leyendo «Gloria de Dios»

«Santificado sea tu nombre»

«Santificado sea tu nombre» El término “santificar” debe entenderse aquí, en primer lugar, no en su sentido causativo (solo Dios santifica, hace santo) sino sobre todo en un sentido estimativo: reconocer como santo, tratar de una manera santa. Así es como, en la adoración, esta invocación se entiende a veces como una alabanza y unaSigue leyendo ««Santificado sea tu nombre»»

Estructura del padre nuestro

El segundo grupo de peticiones se desenvuelve en el movimiento de ciertas epíclesis eucarísticas: son la ofrenda de nuestra esperanza y atrae la mirada del Padre de las misericordias. Brota de nosotros y nos afecta ya ahora, en este mundo: “danos perdónanos no nos dejes líbranos”. La cuarta y la quinta petición se refieren aSigue leyendo «Estructura del padre nuestro»