LA DOXOLOGÍA FINAL

La doxología final “Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre Señor” vuelve a tomar, implícitamente, las tres primeras peticiones del Padrenuestro: la glorificación de su Nombre, la venida de su Reino y el poder de su Voluntad salvífica. Pero esta repetición se hace en forma de adoración y de acciónSigue leyendo «LA DOXOLOGÍA FINAL»

¿Qué se puede ver en la Santa Virgen por encima de las demás mujeres?

Si María no es Madre de Dios, sino sólo de Cristo, como dice Nestorio, ningún absurdo habría en que se permita llamar Madre de Cristo a la madre de cualquier ungido. Pero sólo la Santa Virgen, sobre las otras mujeres, es conocida y llamada con el nombre de «Madre de Cristo», pues engendró no aSigue leyendo «¿Qué se puede ver en la Santa Virgen por encima de las demás mujeres?»

“¡Venga a nosotros tu Reino!”

“El Reino de Dios [es] justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rm 14, 17). Los últimos tiempos en los que estamos son los de la efusión del Espíritu Santo. Desde entonces está entablado un combate decisivo entre “la carne” y el Espíritu (cf Ga 5, 16-25): «Solo un corazón puro puede decirSigue leyendo «“¡Venga a nosotros tu Reino!”»

Que estás en el cielo

Esta expresión bíblica no significa un lugar [“el espacio”] sino una manera de ser; no el alejamiento de Dios sino su majestad. Dios Padre no está “en esta o aquella parte”, sino “por encima de todo” lo que, acerca de la santidad divina, puede el hombre concebir. Como es tres veces Santo, está totalmente cercaSigue leyendo «Que estás en el cielo»

Abba Pater

Podemos adorar al Padre porque nos ha hecho renacer a su vida al adoptarnos como hijos suyos en su Hijo único: por el Bautismo nos incorpora al Cuerpo de su Cristo, y, por la Unción de su Espíritu que se derrama desde la Cabeza a los miembros, hace de nosotros “cristos”: «Dios, en efecto, queSigue leyendo «Abba Pater»

EL PAN CELESTIAL Y LA BEBIDA DE SALVACIÓN

Nuestro Señor Jesucristo, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo», y, después de tomar el cáliz y pronunciar la acción de gracias, dijo: «Tomad, bebed, ésta es mi sangre». Si fueSigue leyendo «EL PAN CELESTIAL Y LA BEBIDA DE SALVACIÓN»