La verdadera gloria y santa alegría están en gloriarse en ti, no en sí; en alegrarse de tu infinito poder, no de la propia virtud; en no complacerse en criatura alguna sino por ti. Que sea glorificado tu nombre, no el mío; que sean exaltadas tus obras, no las mías; que sea bendito tu nombre,Sigue leyendo «De suyo la creatura no tiene nada bueno, y por consiguiente, no puede enorgullecerse de nada»
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De suyo la creatura no tiene nada bueno, y por consiguiente, no puede enorgullecerse de nada
Señor: ¿quién es el hombre para que de él te acuerdes? ¿Quién es el hijo del hombre para que le visites? (Salmo 8,5) ¿Qué ha hecho el hombre para que le des tu gracia? ¿De qué podré quejarme, Señor si me abandonas? ¿Con qué derecho podré reclamar, si no hicieres lo que te pida? LoSigue leyendo «De suyo la creatura no tiene nada bueno, y por consiguiente, no puede enorgullecerse de nada»
¿Crees tú que vas a gozar de consuelos espirituales cuando tú quieras?
Lo santos no los han tenido siempre. Al contrario, sufrieron muchas penas, diversas tentaciones y grandes desolaciones. Pero lo sufrían con paciencia y confiaban en Dios más que en sí mismos, porque sabían que «los padecimientos de esta vida no tienen proporción con la gloria eterna (Romanos 7, 18), para con ellos merecerla. ¿Quieres túSigue leyendo «¿Crees tú que vas a gozar de consuelos espirituales cuando tú quieras?»
En esta Vida no hay seguridad contra las tentaciones
Si buscas en esta vida el descanso, ¿cómo llegarás después al descanso eterno? No te prepares a gran descanso, sino a tener mucha paciencia. No busques en la tierra la paz verdadera, búscala en el cielo. Ni en los hombres y demás criaturas, sino en Dios sóloTodo lo debes padecer por Dios y de buenSigue leyendo «En esta Vida no hay seguridad contra las tentaciones»
En esta vida no hay seguridad contra las tentaciones
Hijo, no estarás nunca seguro en esta vida. Por eso necesitas ir bien armado espiritualmente mientras vivasEntre enemigos vives que a diestra y siniestra te atacanNo tardarás de recibir heridas, si no te cubres bien con el escudo de la pacienciaAdemás si no apoyas firmemente tu corazón en mi, con voluntad sincera de padecerlo todoSigue leyendo «En esta vida no hay seguridad contra las tentaciones»
De la alteza de la libertad del alma, la cual se obtiene con la humilde oración, mejor que con la lectura
La comida, la bebida, el vestido y todo lo material para conservar la vida corporal son secundarios para las almas fervorosas. Concédeme que use moderadamente de esas comodidades, y que el deseo excesivo de ellas no me esclavicen Prescindir de todas no se puede, porque hay que conservar la vida. Más la ley santa prohíbeSigue leyendo «De la alteza de la libertad del alma, la cual se obtiene con la humilde oración, mejor que con la lectura»
De la alteza de la libertad del alma, la cual se obtiene con la humilde oración, mejor que con la lectura
Oh Dios mió! Oh dulzura inefable! Amárgame todo consuelo carnal que del amor de lo eterno me aparte, y que culpablemente me atraiga mostrándome algún objeto de fugaz deleite Dios mío, que la carne y la sangre no me venzan y subyuguen; que el mundo con su efímera gloria no me engañe, que el diabloSigue leyendo «De la alteza de la libertad del alma, la cual se obtiene con la humilde oración, mejor que con la lectura»
Hay que reconocer los inmensos beneficios que Dios nos hace
Nada, pues, debe alegrar tanto al que te ama y reconoce tus beneficios, como que tu voluntad se cumpla en él, conforme al beneplácito de tu eterna providencia. Con la cual debe estar tan contento y alegre, que con tanto gusto quiera ser el más pequeño como otro quisiera ser el más grande, y ocuparSigue leyendo «Hay que reconocer los inmensos beneficios que Dios nos hace»
Hay que reconocer los inmensos beneficios que Dios nos hace
Señor, aún considero como gran beneficio tuyo el no tener mucho de eso que, según las exteriores apariencias y estimación humana, es honroso y glorioso De manera que al considerar uno su pobreza y humilde condición, no sólo no debe parecerle cosa dura, ni entristecerse y abatirse; sino que debe sentir más bien gran alegríaSigue leyendo «Hay que reconocer los inmensos beneficios que Dios nos hace»
Hay que reconocer los inmensos beneficios que Dios nos hace
Todo lo que tenemos en el alma y en el cuerpo y cuanto poseemos en lo interior y en lo exterior son beneficios tuyos, y te engrandecen a ti como bienhechor piadoso y bueno, de quien recibimos todos los bienes.Unos reciban más; otro, menos. Pero todo es tuyo, y todo se recibe de ti, sinSigue leyendo «Hay que reconocer los inmensos beneficios que Dios nos hace»