La Gracias hay que cubrirla con el manto de la humildad

Si pienso que soy más de lo que soy, o qué puedo más de lo que en verdad soy capaz de hacer o soportar, tú, Señor, me echarías en cara esta falsedad, y mis pecados y debilidades se encargarían de acusarme, sin que yo pudiera negar tan justos cargos. Si reconozco lo que soy, «unSigue leyendo «La Gracias hay que cubrirla con el manto de la humildad»

La Gracias hay que cubrirla con el manto de la humildad

Cristo: Hijo, para ti es más útil y seguro ocultar y no andar haciendo conocer la devoción que sientes, ni hablar de ella, no ponderarla, ni estimarla como muy especial. Más bien debes considerar lo débil que eres y temer no ser fiel a este don que se te ha dado sin ser digno deSigue leyendo «La Gracias hay que cubrirla con el manto de la humildad»

Comprobantes para saber quién es el verdadero amante

No olvides que el enemigo del alma pone todo su esfuerzo en impedirte realizar tus buenos deseos y propósitos y en hacerte abandonar los ejercicios de piedad, por ej.: La oración y veneración a los santos, la meditación en la pasión y Muerte de tu Señor, el recuerdo y arrepentimiento de tus pecados, la mortificaciónSigue leyendo «Comprobantes para saber quién es el verdadero amante»

Comprobantes para saber quién es el verdadero amante

El verdadero amante no considera tanto los regalos del amado, sino el amor con el que le ha hecho esos regalos. Para él vale más el amado que todos sus regalos. El que ama verdaderamente no se queda satisfecho de los regalos de Dios solamente, sino que sobre todo se alegra de que Dios loSigue leyendo «Comprobantes para saber quién es el verdadero amante»

Comprobantes para saber quién es el verdadero amante

Porque por un contratiempo cualquiera o por una pequeña contrariedad ya desistes de tus buenos propósitos, y porque buscas más tu satisfacción que la gloria de Dios Quien ama verdaderamente a Dios, no se deja vencer tan fácilmente de las tentaciones, ni se deja engañar tan prontamente por las sugestiones del enemigo del alma. AsíSigue leyendo «Comprobantes para saber quién es el verdadero amante»

Efectos maravillosos del Amor Divino

El amor verdadero es sincero, amable fuerte, paciente, fiel, prudente, magnánimo, respetuoso, desinteresado; no busca satisfacer el propio egoísmo sino conseguir el bien para los demás. 13:4 La caridad es paciente, es amable; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe;13:5 es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no tomaSigue leyendo «Efectos maravillosos del Amor Divino»

Efectos maravillosos del Amor Divino

Señor, lléname de verdadero amor, para que mi corazón experimente cuán agradable es saber amar como tú lo quieres. Que el amor de caridad me eleve sobre mí mismo, sobre mi egoísmo. Que te ame más que a mí mismo. Que a los demás los ame en ti, y por tí, como lo ordena laSigue leyendo «Efectos maravillosos del Amor Divino»

Efectos maravillosos del Amor Divino

Pero como mi amor es todavía muy débil y mi virtud muy imperfecta, necesito que me fortalezcas y consuelesPor eso visítame con frecuencia, instrúyeme en tu Santa Doctrina. Dame la gracia de dominar mis pasiones; libra mi corazón de todo afecto desordenado, para que teniendo el alma sana y bien purificada, sea capaz de amarte;Sigue leyendo «Efectos maravillosos del Amor Divino»

Efectos maravillosos del Amor Divino

Te bendigo Padre Celestial, Padre de mi Señor Jesucristo, porque has tenido la bondad de acordarte de un pobre tan miserable como soy yoOh Padre de misericordias y Dios de todo consuelo, gracias te doy de que a pesar de mi indignidad me proporciones tantas alegríasTe bendigo y te glorifico para siempre, con tu HijoSigue leyendo «Efectos maravillosos del Amor Divino»

Nada más valioso que Cristo

Por tanto, que nada de lo que haces te parezca grande. Nada te parezca verdaderamente importante, ni sublime, ni admirable, ni precioso, ni realmente laudable ni deseable sino lo eterno.3:8 Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, ySigue leyendo «Nada más valioso que Cristo»