se mide según la naturaleza de la verdad que deforma, según las circunstancias, las intenciones del que la comete, y los daños padecidos por los que resultan perjudicados. Si la mentira en sí sólo constituye un pecado venial, sin embargo llega a ser mortal cuando lesiona gravemente las virtudes de la justicia y la caridadSigue leyendo «La gravedad de la mentira»
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La mentira
consiste en decir falsedad con intención de engañar” (San Agustín, De mendacio, 4, 5). El Señor denuncia en la mentira una obra diabólica: “Vuestro padre es el diablo porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira” (Jn 8,Sigue leyendo «La mentira»
Guerra Cultural
Pero esto pertenece ya a los artificios con que los modernistas expenden sus mercancías. Pues ¿qué no maquinan a trueque de aumentar el número de sus secuaces? En los seminarios y universídades andan a la caza de las cátedras, que convierten poco a poco en cátedras de pestilencia. Aunque sea veladamente, inculcan sus doctrinas predicándolasSigue leyendo «Guerra Cultural»
La vanagloria o jactancia
constituye una falta contra la verdad. Lo mismo sucede con la ironía que trata de ridiculizar a uno caricaturizando de manera malévola tal o cual aspecto de su comportamiento
Halago, adulación o complacencia
Debe proscribirse toda palabra o actitud que, por halago, adulación o complacencia, alienta y confirma a otro en la malicia de sus actos y en la perversidad de su conducta. La adulación es una falta grave si se hace cómplice de vicios o pecados graves. El deseo de prestar un servicio o la amistad noSigue leyendo «Halago, adulación o complacencia»
La maledicencia y la calumnia
destruyen la reputación y el honor del prójimo. Ahora bien, el honor es el testimonio social dado a la dignidad humana y cada uno posee un derecho natural al honor de su nombre, a su reputación y a su respeto. Así, la maledicencia y la calumnia lesionan las virtudes de la justicia y de laSigue leyendo «La maledicencia y la calumnia»
Para evitar el juicio temerario
cada uno debe interpretar, en cuanto sea posible, en un sentido favorable los pensamientos, palabras y acciones de su prójimo: «Todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del prójimo, que a condenarla; y si no la puede salvar, inquirirá cómo la entiende, y si mal la entiende, corríjale con amor;Sigue leyendo «Para evitar el juicio temerario»
El respeto de la reputación
de calumnia el que, mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otros y da ocasión a juicios falsos respecto a ellos
Los mandamientos
“Maestro, -le preguntaba el joven del Evangelio a Cristo- ¿Qué he de hacer yo de bueno para conseguir la vida eterna?” Y Jesús le responde: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.” (Mateo 19, 16-17). Los mandamientos no fueron un invento de Dios para coartar la libertad del hombre e impedirle el disfruteSigue leyendo «Los mandamientos»
Maledicencia
8vo mandamiento Sobre el respeto a la reputación maledicencia el que, sin razón objetivamente válida, manifiesta los defectos y las faltas de otros a personas que los ignoran (cf Si 21, 28)