El Decálogo, el Sermón de la Montaña y la catequesis apostólica nos describen los caminos que conducen al Reino de los cielos. Por ellos avanzamos paso a paso mediante los actos de cada día, sostenidos por la gracia del Espíritu Santo. Fecundados por la Palabra de Cristo, damos lentamente frutos en la Iglesia para laSigue leyendo «El camino angosto. No el ancho»
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Bienaventurados
La bienaventuranza prometida nos coloca ante opciones morales decisivas. Nos invita a purificar nuestro corazón de sus malvados instintos y a buscar el amor de Dios por encima de todo. Nos enseña que la verdadera dicha no reside ni en la riqueza o el bienestar, ni en la gloria humana o el poder, ni enSigue leyendo «Bienaventurados»
Limpios de corazón
Semejante bienaventuranza supera la inteligencia y las solas fuerzas humanas. Es fruto del don gratuito de Dios. Por eso la llamamos sobrenatural, así como también llamamos sobrenatural la gracia que dispone al hombre a entrar en el gozo divino «“Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”. Ciertamente, según su grandeza y suSigue leyendo «Limpios de corazón»
La iglesia es Católica
Mucha gente entiende hoy la palabra católica como un término denominación al (distintivo de una denominación, presbiteriano, Bautista, etc)… Pero, de hecho significa lo contrario a denominacional. Católico quiere decir universal. Y universalidad es una cualidad de la iglesia querida por Jesucristo, cuando dijo: Se me ha dado toda potestad en el cielo y alSigue leyendo «La iglesia es Católica»
Bienaventuranzas
Porque Dios nos ha puesto en el mundo para conocerle, servirle y amarle, y así ir al cielo. La bienaventuranza nos hace participar de la naturaleza divina (2 P 1, 4) y de la Vida eterna (cf Jn 17, 3). Con ella, el hombre entra en la gloria de Cristo (cf Rm 8, 18) ySigue leyendo «Bienaventuranzas»
Alabarlo a El eternamente
El Nuevo Testamento utiliza varias expresiones para caracterizar la bienaventuranza a la que Dios llama al hombre: la llegada del Reino de Dios (cf Mt 4, 17); la visión de Dios: “Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8; cf 1 Jn 3, 2; 1 Co 13, 12); la entrada enSigue leyendo «Alabarlo a El eternamente»
La vida Célibe o el Matrimonio
La llamado a la vida célibe no implica ver al matrimonio como algo inadecuado o sucio, antes lo contrario, el celibato es santo precisamente por el valor de aquello que sacrifica. Nadie sacrificaría basura sobre el altar. El Matrimonio y el Sexo son ciertamente dos dones de nuestro Buen Dios, pero los cristianos e inclusoSigue leyendo «La vida Célibe o el Matrimonio»
Bienaventuranzas
Las bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de los actos humanos: Dios nos llama a su propia bienaventuranza. Esta vocación se dirige a cada uno personalmente, pero también al conjunto de la Iglesia, pueblo nuevo de los que han acogido la promesa y viven de ella en la fe
Célibes
Josué, Jeremías, Elías y Eliseo fueron célibes; Jeremías por mandato expreso del Señor (Jeremías 16,2) Era costumbre también que los sacerdotes de Israel se abstuvieran de relaciones maritales mientras duraba su turno en el servicio del templo Jeremías, Miguel Angel 1509
Felicidad
Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de atraerlo hacia Él, el único que lo puede satisfacer: «Ciertamente todos nosotros queremos vivir felices, y en el género humano no hay nadie que no dé su asentimiento aSigue leyendo «Felicidad»