José y María

No era lícito, sin embargo, que José creyese que debía separarse por eso de la compañía de María, porque Ella no dio a luz a Jesucristo por haber cohabitado con él, sino permaneciendo siempre Virgen. Este ejemplo dice con gran elocuencia a los casados, que aun cuando por común consentimiento guarden continencia, puede permanecer elSigue leyendo «José y María»

Reino de Cristo y su Iglesia

Jesús con su venida, estableció un Reino sobre la tierra. En el siglo IV, San Agustín lo indicó acertadamente «La Iglesia es ya ahora el Reino de Cristo y el Reino de los cielos». Un teólogo moderno, el Cardenal Charles Journet, se hizo eco de esto: El Reino está ya en la tierra, y laSigue leyendo «Reino de Cristo y su Iglesia»

Que estás en el cielo

Esta expresión bíblica no significa un lugar [“el espacio”] sino una manera de ser; no el alejamiento de Dios sino su majestad. Dios Padre no está “en esta o aquella parte”, sino “por encima de todo” lo que, acerca de la santidad divina, puede el hombre concebir. Como es tres veces Santo, está totalmente cercaSigue leyendo «Que estás en el cielo»

Genealogía de Jesús

El evangelista San Mateo, queriendo grabar en la memoria la generación del Señor según la carne por la serie de sus ascendientes, empezando por Abraham, dice: «Abraham engendró a Isaac»; y ¿por qué no menciona a Ismael, engendrado primero? Y en seguida: «Isaac engendró a Jacob»; y ¿por qué no dijo a Esaú, que eraSigue leyendo «Genealogía de Jesús»

Abraham engendró a Isaac. E Isaac engendró a Jacob. Y Jacob engendró a Judas y a sus hermanos.

El evangelista San Mateo manifiesta haberse propuesto narrar la generación de Jesucristo según la carne y empieza por su genealogía. San Lucas, presentándonos más bien a Cristo como sacerdote en la expiación de los pecados, no relata su generación desde el principio de su Evangelio, sino desde el bautismo de Cristo, donde Juan da testimonioSigue leyendo «Abraham engendró a Isaac. E Isaac engendró a Jacob. Y Jacob engendró a Judas y a sus hermanos.»

Dirigirnos al Padre

Este don gratuito de la adopción exige por nuestra parte una conversión continua y una vida nueva. Orar a nuestro Padre debe desarrollar en nosotros dos disposiciones fundamentales: El deseo y la voluntad de asemejarnos a él. Creados a su imagen, la semejanza se nos ha dado por gracia y tenemos que responder a ellaSigue leyendo «Dirigirnos al Padre»

Verdadero Dios y verdadero hombre

Nosotros no creemos así. Confesamos que Cristo ha nacido de la Virgen María, no precisamente porque de otra manera no podría existir en verdadera carne y aparecer a los hombres, sino porque así está consignado en la Escritura. Si a ella no creemos, no podemos ser cristianos ni salvarnos. Y si el cuerpo asumido deSigue leyendo «Verdadero Dios y verdadero hombre»

Corazón de las Sagradas Escrituras

Después de haber expuesto cómo los salmos son el alimento principal de la oración cristiana y confluyen en las peticiones del Padre Nuestro, San Agustín concluye: «Recorred todas las oraciones que hay en las Escrituras, y no creo que podáis encontrar algo que no esté incluido en la oración dominical» (Epistula 130, 12, 22) TodaSigue leyendo «Corazón de las Sagradas Escrituras»

La Santa Palabra de Dios

La misma manera como es redactada la Escritura santa, accesible a todos, comprensible a muy pocos, habla sin engaño lo que contiene de claro, como amigo íntimo al corazón de los ignorantes y de los doctos. Y en cuanto a lo misterioso, no lo realza con grandilocuencia de estilo hasta donde no puedan llegar lasSigue leyendo «La Santa Palabra de Dios»

Queja por la oración no escuchada

“No tenéis porque no pedís. Pedís y no recibís porque pedís mal, con la intención de malgastarlo en vuestras pasiones” (St 4, 2-3; cf todo el contexto de St 4, 1-10; 1, 5-8; 5, 16). Si pedimos con un corazón dividido, “adúltero” (St 4, 4), Dios no puede escucharnos porque Él quiere nuestro bien, nuestraSigue leyendo «Queja por la oración no escuchada»