No Juzguemos con severidad a los demás

Júzgate a ti mismo, pero no te dediques a Juzgar los hechos de los demás. Cuando uno se dedica a juzgar a los demás pierde el tiempo, se equivoca casi siempre, y fácilmente peca. Pero cuando se examina uno a sí mismo y juzga lo que ha hecho, dicho o pensado, ese trabajo sí leSigue leyendo «No Juzguemos con severidad a los demás»

No hables demasiado

Siempre que puedas evita meterte en las charlas inútiles de la gente, porque las charlas de temas mundanos hacen mucho mal, aunque se tengan sin mala voluntad. Lo mundano nos mancha fácilmente y nos desvía del buen camino Cuántas veces habría sido mejor no hablar participando de charlas mundanas. Os digo que de toda palabraSigue leyendo «No hables demasiado»

Para la Mayor Gloria de Dios

Que de tal manera luzca ante los demás la luz de vuestro buen ejemplo que los demás al ver vuestras obras glorifiquen al Padre Celestial (Mateo 5)Procura tu, ser modelo para los fieles en la palabra, en el comportamiento, en la caridad, en la fe y en la pureza (1 Timoteo 4,12)

Evita la familiaridad excesiva

No descubras tu corazón a cualquiera. Trata tus asuntos con personas prudentes y temerosas de Dios. «Quien se aconseja con los sabios, llegará a ser sabio» (Proverbios 12)Cuidado al tratar con jóvenes o extraños. No adules a los ricos ni andes visitando poderosos.Busca la compañía de personas sensibles y humildes, de piadosas y virtuosas ySigue leyendo «Evita la familiaridad excesiva»

Contra el orgullo y sus vanas esperanzas

No te llenes de orgullo por tus buenas obras, pues los juicios humanos son diferentes a los juicios de Dios, a quien muchas veces es menos agradable lo que a los ojos humanos es más agradable. «la mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero DiosSigue leyendo «Contra el orgullo y sus vanas esperanzas»

Contra el orgullo y sus vanas esperanzas

No te imagines que eres mejor que otros, no sea que seas tenido por peor delante de Dios, el cual sabe lo que hay en el alma de cada personaCada cual considere a los demás como superiores a él mismo (Filipenses 2)Imitación de Cristo (Tomás de Kempis)

Contra el orgullo y sus vanas esperanzas

Si tienes bienes de fortuna, o cualidades especiales, o amigos influyentes, no te enorgullezca de nada de esto. Busca tu gloria solo en Dios, el cual nos da todos los bienes, y aun se nos da a sí mismoNo te enorgullezca a de la elegancia del cuerpo o de la belleza. Porque la belleza delSigue leyendo «Contra el orgullo y sus vanas esperanzas»

Contra el orgullo y sus vanas esperanzas

Imprudente quien coloca su esperanza en las personas humanas o en las demás creaturas. Maldito el hombre que confía en el hombre, dijo el profeta Jeremías. Y añade: Bendito aquel que sabe confiar en Dios (Jeremías 17) No te avergüences de prestar servicios humildes a otros por amor de Jesucristo, ni de aparecer pobre enSigue leyendo «Contra el orgullo y sus vanas esperanzas»

Afectos desordenados

Mas cuando consiguen lo que querían, luego enseguida les remuerde la conciencia, porque se dejaron arrastrar por sus pasiones y perdieron batallas que deberían haber ganado, y lo que consiguieron no les ayuda en nada para alcanzar la paz que desean tener.De manera que la paz verdadera del alma no se consigue cediendo a lasSigue leyendo «Afectos desordenados»

Afectos desordenados

Siempre que uno desea algo fuera de orden, inmediatamente pierde la tranquilidad y la calma Los orgullosos y los codiciosos nunca están tranquilos, mientras que los humildes y los pobres de espíritu vivienda en una paz muy grande. La raíz de todos los malestares es el afán del dinero, y algunos por dejarse llevar deSigue leyendo «Afectos desordenados»