Catacumbas de Santa Ágata (Rabat – Malta)

Es uno de los lugares de culto cristiano más antiguos de Malta. Esta hermosa y fascinante basílica subterránea fue utilizada por Santa Ágata para rezar durante el tiempo en el que se refugió aquí. La cripta y las catacumbas de Santa Ágata ocupan un total de más de 4.100 metros cuadrados y están situadas debajoSigue leyendo «Catacumbas de Santa Ágata (Rabat – Malta)»

RECHACEMOS EL TEMOR A LA MUERTE CON EL PENSAMIENTO DE LA INMORTALIDAD QUE LA SIGUE

Nunca debemos olvidar que nosotros no hemos de cumplir nuestra propia voluntad, sino la de Dios, tal como el Señor nos mandó pedir en nuestra oración cotidiana. ¡Qué contrasentido y qué desviación es no someterse inmediatamente al imperio de la voluntad del Señor, cuando él nos llama para salir de este mundo! Nos resistimos ySigue leyendo «RECHACEMOS EL TEMOR A LA MUERTE CON EL PENSAMIENTO DE LA INMORTALIDAD QUE LA SIGUE»

Quiero ver a Dios

El deseo de la felicidad verdadera aparta al hombre del apego desordenado a los bienes de este mundo, y tendrá su plenitud en la visión y la bienaventuranza de Dios “La promesa [de ver a Dios] supera toda felicidad. En la Escritura, ver es poseer. El que ve a Dios obtiene todos los bienes queSigue leyendo «Quiero ver a Dios»

La pobreza del espíritu

Bienaventurados los pobres en el espíritu (Mt 5, 3). Las bienaventuranzas revelan un orden de felicidad y de gracia, de belleza y de paz. Jesús celebra la alegría de los pobres, a quienes pertenece ya el Reino (Lc 6, 20) «El Verbo llama “pobreza en el Espíritu” a la humildad voluntaria de un espíritu humanoSigue leyendo «La pobreza del espíritu»

La pobreza de corazón

Jesús exhorta a sus discípulos a preferirle a Él respecto a todo y a todos y les propone “renunciar a todos sus bienes” (Lc 14, 33) por Él y por el Evangelio (cf Mc 8, 35). Poco antes de su pasión les mostró como ejemplo la pobre viuda de Jerusalén que, de su indigencia, dioSigue leyendo «La pobreza de corazón»

ANGELUS

El Ángel del Señor lo anunció a María.Y concibió por obra del Espíritu Santo. Dios te salve, María… Santa María… He aquí la esclava del Señor.Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve, María… Santa María… El Verbo se hizo carne.Y vivió entre nosotros. Dios te salve, María…Santa María… Rogad por nosotros,Santa Madre deSigue leyendo «ANGELUS»

Los deseos del Espíritu

La economía de la Ley y de la Gracia aparta el corazón de los hombres de la codicia y de la envidia: lo inicia en el deseo del Supremo Bien; lo instruye en los deseos del Espíritu Santo, que sacia el corazón del hombre. El Dios de las promesas puso desde el comienzo al hombreSigue leyendo «Los deseos del Espíritu»

Envidia

El décimo mandamiento exige que se destierre del corazón humano la envidia. Cuando el profeta Natán quiso estimular el arrepentimiento del rey David, le contó la historia del pobre que sólo poseía una oveja, a la que trataba como una hija, y del rico que, a pesar de sus numerosos rebaños, envidiaba al primero ySigue leyendo «Envidia»

Sobre el décimo mandamiento

No se quebranta este mandamiento deseando obtener cosas que pertenecen al prójimo siempre que sea por medios justos. La catequesis tradicional señala con realismo “quiénes son los que más deben luchar contra sus codicias pecaminosas” y a los que, por tanto, es preciso “exhortar más a observar este precepto”: «Hay comerciantes que desean la escasezSigue leyendo «Sobre el décimo mandamiento»

El desorden de la concupiscencia

El apetito sensible nos impulsa a desear las cosas agradables que no poseemos. Así, desear comer cuando se tiene hambre, o calentarse cuando se tiene frío. Estos deseos son buenos en sí mismos; pero con frecuencia no guardan la medida de la razón y nos empujan a codiciar injustamente lo que no es nuestro ySigue leyendo «El desorden de la concupiscencia»