La doctrina sagrada, ¿es o no es ciencia práctica2-2 q:8 a.3; q:9 a.3; In Sent. 1, Pról. a.3 q.a1 Objeciones por las que parece que la doctrina sagrada es ciencia práctica: 1. Tal como dice el Filosofo en II Metaphys?», el fin de la práctica es la acción. Y la doctrina sagrada se encamina aSigue leyendo «El fin último de la doctrina sagrada: la contemplación»
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Si Dios no castiga, por lo tanto, tampoco es providente
«Si Dios es bueno, ipor qué no interviene recompensando los justos y castigando los pecadores cada vez que pecan?» Los ateos parten de allí para intentar demostrar que no existe Dios, o si existe, no es un Dios bueno. El problema es que al hacerlo, aún sin quererlo, niega objetivamente la providencia divina y reduceSigue leyendo «Si Dios no castiga, por lo tanto, tampoco es providente»
La angustia de Cristo ante la muerte
LA AGONÍA DE CRISTOPor Santo Tomás Moro I. «SOBRE LA TRISTEZA, AFLICCIÓN MIEDO Y ORACIÓN DE CRISTO ANTES DE SER CAPTURADO» (Mt 26, Mc 14, Lc 22, Ju 18).Oración y mortificación con Cristo La angustia de Cristo ante la muerte «Y dijo a los discípulos: Sentaos aquí mientras yo voy más allá y hago oración.Sigue leyendo «La angustia de Cristo ante la muerte»
No todo el que me dice
Evangelio según san Mateo, 7: 21- 23 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése entrará en el reino de los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Seňor, ¿pues no profetizamosSigue leyendo «No todo el que me dice»
“Tu fe te ha salvado”
“Tu fe te ha salvado”Comentario del evangelio del día Lc 17, 11-19 I. Aunque una primera lectura del Evangelio de este Domingo XIII después de Pentecostés (Lc 17, 11-19) nos llevaría a hablar de la acción de gracias a Dios, aspecto en nada secundario de la vida cristiana y que merecería una consideración detallada, tambiénSigue leyendo «“Tu fe te ha salvado”»
Sobre lo Santo
Evangelio según san Mateo, 7: 6- 6 «No déis lo santo a los perros, ni arrojéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las huellen con sus pies y volviéndose contra vosotros los perros os despedacen». (v. 6) O bien los perros son aquellos que han vuelto a su vómito, y los puercosSigue leyendo «Sobre lo Santo»
Signos precursores del fin del mundo
Para hablar sobre el fin de los tiempos, tomamos aquí, un fragmento completo del teólogo Antonio Royo Marín En la Sagrada Escritura se nos dice que nadie absolutamente sabe cuándo sobrevendrá el fin del mundo. Cristo resucitado advirtió a sus apóstoles que no les correspondía a ellos conocer los tiempos ni los momentos que elSigue leyendo «Signos precursores del fin del mundo»
¿Entonces podemos encontrar fåcilmente la verdadera religión?
¿Entonces podemos encontrar fåcilmente la verdadera religión? 12:17 Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús. Apocalipsis – Debemos constatar con el Papa León XIII: Reconocer cuál es la verdadera religión no es dificilSigue leyendo «¿Entonces podemos encontrar fåcilmente la verdadera religión?»
Signos precursores del fin del mundo
Para hablar sobre el fin de los tiempos, tomamos aquí, un fragmento completo del teólogo Antonio Royo Marín En la Sagrada Escritura se nos dice que nadie absolutamente sabe cuándo sobrevendrá el fin del mundo. Cristo resucitado advirtió a sus apóstoles que no les correspondía a ellos conocer los tiempos ni los momentos que elSigue leyendo «Signos precursores del fin del mundo»
«He rogado por ti a fin de que tu fe no desfallezca, y cuando te conviertas, confirma en ella a tus hermanos» (Lc 22, 32)
– Quién nos puede decir con autoridad lo que pertenece a la Revelación?Solamente el Magisterio de la lglesia, que reside principalmente en el papa, puede decirnos con certeza en las cuestiones disputadas, qué es lo que se debe creer y qué es erróneo. Es a Pedro, en efecto, y en él a sus sucesores, queSigue leyendo ««He rogado por ti a fin de que tu fe no desfallezca, y cuando te conviertas, confirma en ella a tus hermanos» (Lc 22, 32)»