Todos los caminos conducen a Roma

Dios es quien primero llama al hombre. Olvide el hombre a su Creador o se esconda lejos de su faz, corra detrás de sus ídolos o acuse a la divinidad de haberlo abandonado, el Dios vivo y verdadero llama incansablemente a cada persona al encuentro misterioso de la oración. Esta iniciativa de amor del DiosSigue leyendo «Todos los caminos conducen a Roma»

LA ESPERANZA NOS SOSTIENE

Es saludable aviso del Señor, nuestro maestro, que el que persevere hasta el final se salvará. Y también este otro: Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Hemos de tener paciencia, y perseverar, hermanos queridos, para que, después de haber sido admitidosSigue leyendo «LA ESPERANZA NOS SOSTIENE»

LA ESPERANZA NOS SOSTIENE

Es saludable aviso del Señor, nuestro maestro, que el que persevere hasta el final se salvará. Y también este otro: Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Hemos de tener paciencia, y perseverar, hermanos queridos, para que, después de haber sido admitidosSigue leyendo «LA ESPERANZA NOS SOSTIENE»

LA ESPERANZA NOS SOSTIENE

Es saludable aviso del Señor, nuestro maestro, que el que persevere hasta el final se salvará. Y también este otro: Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Hemos de tener paciencia, y perseverar, hermanos queridos, para que, después de haber sido admitidosSigue leyendo «LA ESPERANZA NOS SOSTIENE»

¡AY DE MÍ SI NO ANUNCIO EL EVANGELIO!

Venimos por lugares de cristianos que ahora habrá ocho años que se hicieron cristianos. En estos lugares no habitan portugueses, por ser la tierra muy estéril en extremo y paupérrima. Los cristianos de estos lugares, por no haber quien les enseñe en nuestra fe, no saben más de ella que decir que son cristianos. NoSigue leyendo «¡AY DE MÍ SI NO ANUNCIO EL EVANGELIO!»

Quiero ver a Dios

En este camino hacia la perfección, el Espíritu y la Esposa llaman a quien les escucha (cf Ap 22, 17) a la comunión perfecta con Dios: Allí se dará la gloria verdadera; nadie será alabado allí por error o por adulación; los verdaderos honores no serán ni negados a quienes los merecen ni concedidos aSigue leyendo «Quiero ver a Dios»

Quiero ver a Dios

El deseo de la felicidad verdadera aparta al hombre del apego desordenado a los bienes de este mundo, y tendrá su plenitud en la visión y la bienaventuranza de Dios “La promesa [de ver a Dios] supera toda felicidad. En la Escritura, ver es poseer. El que ve a Dios obtiene todos los bienes queSigue leyendo «Quiero ver a Dios»

La pobreza del espíritu

Bienaventurados los pobres en el espíritu (Mt 5, 3). Las bienaventuranzas revelan un orden de felicidad y de gracia, de belleza y de paz. Jesús celebra la alegría de los pobres, a quienes pertenece ya el Reino (Lc 6, 20) «El Verbo llama “pobreza en el Espíritu” a la humildad voluntaria de un espíritu humanoSigue leyendo «La pobreza del espíritu»

La pobreza de corazón

Jesús exhorta a sus discípulos a preferirle a Él respecto a todo y a todos y les propone “renunciar a todos sus bienes” (Lc 14, 33) por Él y por el Evangelio (cf Mc 8, 35). Poco antes de su pasión les mostró como ejemplo la pobre viuda de Jerusalén que, de su indigencia, dioSigue leyendo «La pobreza de corazón»

Los deseos del Espíritu

Pero ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y los profetas, justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen” (Rm 3, 21-22). Por eso, los fieles de Cristo “han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias” (Ga 5, 24);Sigue leyendo «Los deseos del Espíritu»