es un pecado capital. Manifiesta la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de poseerlo, aunque sea en forma indebida. Cuando desea al prójimo un mal grave es un pecado mortal: San Agustín veía en la envidia el “pecado diabólico por excelencia” (De disciplina christiana, 7, 7) “De la envidia nacenSigue leyendo «La envidia»
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Envidia
El décimo mandamiento exige que se destierre del corazón humano la envidia. Cuando el profeta Natán quiso estimular el arrepentimiento del rey David, le contó la historia del pobre que sólo poseía una oveja, a la que trataba como una hija, y del rico que, a pesar de sus numerosos rebaños, envidiaba al primero ySigue leyendo «Envidia»
Sobre el décimo mandamiento
No se quebranta este mandamiento deseando obtener cosas que pertenecen al prójimo siempre que sea por medios justos. La catequesis tradicional señala con realismo “quiénes son los que más deben luchar contra sus codicias pecaminosas” y a los que, por tanto, es preciso “exhortar más a observar este precepto”: «Hay comerciantes que desean la escasezSigue leyendo «Sobre el décimo mandamiento»
El desorden de la concupiscencia
El apetito sensible nos impulsa a desear las cosas agradables que no poseemos. Así, desear comer cuando se tiene hambre, o calentarse cuando se tiene frío. Estos deseos son buenos en sí mismos; pero con frecuencia no guardan la medida de la razón y nos empujan a codiciar injustamente lo que no es nuestro ySigue leyendo «El desorden de la concupiscencia»
AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO
Décimo mantenimiento de la ley del Dios AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO No codiciarás nada que sea de tu prójimo» (Ex 20, 17) No desearás su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu prójimo (Dt 5, 21) «Donde esté tu tesoro,Sigue leyendo «AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO»
Sobre el juicio
Este juicio tendrá varias características importantes: Sucederá en la segunda venida gloriosa de Cristo; al respecto, nadie sabe ni el día ni la hora. Se dará allí la resurrección de la carne: los santos recobrarán un cuerpo bendito y los condenados un cuerpo maldito. Estará presente allí, toda la humanidad, desde Adán y Eva hastaSigue leyendo «Sobre el juicio»
Permisividad de las costumbres
se basa en una concepción errónea de la libertad humana; para llegar a su madurez, esta necesita dejarse educar previamente por la ley moral. Conviene pedir a los responsables de la educación que impartan a la juventud una enseñanza respetuosa de la verdad, de las cualidades del corazón y de la dignidad moral y espiritualSigue leyendo «Permisividad de las costumbres»
La pureza cristiana
exige una purificación del clima social. Obliga a los medios de comunicación social a una información cuidadosa del respeto y de la discreción. La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y las imágenes indecorosas
El Don de Cristo
Tal es el don que el Gran Sacerdote Jesucristo, Hijo único de Dios, ofrece diariamente a la Santísima Trinidad en el sacrificio de la Misa. Pero este don no lo ofrece solo: ofrece además, todo lo que Él ha hecho por la gloria de Dios durante los treinta y tres años que pasó en laSigue leyendo «El Don de Cristo»
Voluntad de Mi Padre
No el que me dice: Señor, Señor, es el que entrará en el reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre Celestial (Mateo 7,21)