Con una audaz confianza hemos empezado a orar a nuestro Padre. Suplicándole que su Nombre sea santificado, le hemos pedido que seamos cada vez más santificados. Pero, aun revestidos de la vestidura bautismal, no dejamos de pecar, de separarnos de Dios. Ahora, en esta nueva petición, nos volvemos a Él, como el hijo pródigo (cfSigue leyendo ««Perdona nuestras ofensas»»
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Tiempos difíciles
Y no eran tiempos tranquilos aquellos ya que existían algunos antecedentes de choques entre el pueblo y los soldados romanos. Las revueltas se sucedían a menudo por Judea.De hecho, poco antes del primer Jueves Santo de la historia, algunos soldados romanos habían ingresado en la ciudad santa con insignias y estandartes en favor del emperador,Sigue leyendo «Tiempos difíciles»
Cruz
María se había desposado con un carpintero porque Cristo, esposo de la Iglesia, había de obrar la salud de todos los hombres por el leño de la cruz Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 1
«Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden»
Esta petición es sorprendente. Si sólo comprendiera la primera parte de la frase, —“perdona nuestras ofensas”— podría estar incluida, implícitamente, en las tres primeras peticiones de la Oración del Señor, ya que el Sacrificio de Cristo es “para la remisión de los pecados”. Pero, según el segundo miembro de la frase, nuestra petición no seráSigue leyendo ««Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden»»
Superiores a mi
12:3 En virtud de la gracia que me fue dada, os digo a todos vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene; tened más bien una sobria estima según la medida de la fe que otorgó Dios a cada cual. 12:10 amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada unoSigue leyendo «Superiores a mi»
os améis unos a otros igual que yo os he amado
Este año, Madre querida, Dios me ha concedido la gracia de comprender lo que es la caridad. Es cierto que también antes la comprendía, pero de manera imperfecta. No había profundizado en estas palabras de Jesús: El Segundo mandamiento es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo Yo me dedicaba sobreSigue leyendo «os améis unos a otros igual que yo os he amado»
DE LA SALUDABLE DOCTRINA DE LA RELIGIÓN CRISTIANA
Quéjanse, pues, y murmuran los hombres perversos e ingratos y los que están más profunda y estrechamente oprimidos del maligno espíritu de que los sacan mediante el nombre de Jesucristo del infernal yugo y penosa compañía de estas impuras potestades, y de que los transfieren de la tenebrosa noche de la abominable impiedad a laSigue leyendo «DE LA SALUDABLE DOCTRINA DE LA RELIGIÓN CRISTIANA»
De cada día
La palabra griega, epiousion, no tiene otro sentido en el Nuevo Testamento. Tomada en un sentido temporal, es una repetición pedagógica de “hoy” (cf Ex 16, 19-21) para confirmarnos en una confianza “sin reserva”. Tomada en un sentido cualitativo, significa lo necesario a la vida, y más ampliamente cualquier bien suficiente para la subsistencia (cfSigue leyendo «De cada día»
Danos hoy nuestro pan de cada día
Esta petición y la responsabilidad que implica sirven además para otra clase de hambre de la que desfallecen los hombres: “No sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la boca de Dios” (Mt 4, 4, cf Dt 8, 3), es decir, de su Palabra ySigue leyendo «Danos hoy nuestro pan de cada día»
¿Qué se puede ver en la Santa Virgen por encima de las demás mujeres?
Si María no es Madre de Dios, sino sólo de Cristo, como dice Nestorio, ningún absurdo habría en que se permita llamar Madre de Cristo a la madre de cualquier ungido. Pero sólo la Santa Virgen, sobre las otras mujeres, es conocida y llamada con el nombre de «Madre de Cristo», pues engendró no aSigue leyendo «¿Qué se puede ver en la Santa Virgen por encima de las demás mujeres?»