El arte sacro

es verdadero y bello cuando corresponde por su forma a su vocación propia: evocar y glorificar, en la fe y la adoración, el Misterio trascendente de Dios, Belleza sobreeminente e invisible de Verdad y de Amor, manifestado en Cristo, “Resplandor de su gloria e Impronta de su esencia” (Hb 1, 3), en quien “reside todaSigue leyendo «El arte sacro»

Catedral

Tiene algo distinto, posee algo único. Es grande, es inmensa, y no es fría ni distante. Habitualmente se incluye en el recorrido turístico de la ciudad, pero no es un museo, ni un edificio muerto habitado por sombras del pasado y memorias de lo que fue tal vez alguna vez. La catedral es un edificioSigue leyendo «Catedral»

La gravedad de la mentira

se mide según la naturaleza de la verdad que deforma, según las circunstancias, las intenciones del que la comete, y los daños padecidos por los que resultan perjudicados. Si la mentira en sí sólo constituye un pecado venial, sin embargo llega a ser mortal cuando lesiona gravemente las virtudes de la justicia y la caridadSigue leyendo «La gravedad de la mentira»

El remedio contra el pecado: la confesión sacramental

«Jesús les dijo otra vez: “La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.” Dicho esto, sopló y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. (Jn 20, 21-23). Como lo vemos, es Voluntad del mismo DiosSigue leyendo «El remedio contra el pecado: la confesión sacramental»

Cuatro rupturas (3/4)

Con la naturaleza: Dios le concedió al hombre el jardín del Edén para que habitase en él y le dio gobierno sobre todos los animales y las plantas para que los cuidara y se beneficiara de sus frutos. Después del pecado, la creación se vuelve adversa al hombre: “maldito sea el suelo por tu causa:Sigue leyendo «Cuatro rupturas (3/4)»

Ofensas a la verdad

Los discípulos de Cristo se han “revestido del hombre nuevo, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Ef 4, 24) “Desechando la mentira” (Ef 4, 25), deben “rechazar toda malicia y todo engaño, hipocresías, envidias y toda clase de maledicencias” (1 P 2, 1)

Cuatro rupturas (2/4)

Con el prójimo: Antes del pecado, Adán al contemplar a Eva exclamó: “esta sí que es carne de mi carne y hueso de mis huesos” (Gén 2, 23); es decir, la sentía como suya, como un regalo de Dios y como alguien semejante a él. Después de la caída ya no se refiere a ellaSigue leyendo «Cuatro rupturas (2/4)»

Rupturas del pecado (1/4)

Con Dios: Antes del pecado original, Adán y Eva se paseaban con Dios por el Edén, gozaban de su amor y de su presencia, lo experimentaban como un Padre amoroso y bondadoso en quien se sentían confiados. Una vez pecaron, esto cambió: “una vez sintieron los pasos de Yahvé se ocultaron a su vista porqueSigue leyendo «Rupturas del pecado (1/4)»

Vivir en la verdad

El Antiguo Testamento lo proclama: Dios es fuente de toda verdad. Su Palabra es verdad (cf Pr 8, 7; 2 S 7, 28). Su ley es verdad (cf Sal 119, 142) “Tu verdad, de edad en edad” (Sal 119, 90; Lc 1, 50). Puesto que Dios es el “Veraz” (Rm 3, 4), los miembros deSigue leyendo «Vivir en la verdad»

La miseria humana

“Bajo sus múltiples formas —indigencia material, opresión injusta, enfermedades físicas o psíquicas y, por último, la muerte—, la miseria humana es el signo manifiesto de la debilidad congénita en que se encuentra el hombre tras el primer pecado de Adán y de la necesidad que tiene de salvación. Por ello, la miseria humana atrae laSigue leyendo «La miseria humana»