En comunión con la santa Madre de Dios

“Llena de gracia, el Señor es contigo”: Las dos palabras del saludo del ángel se aclaran mutuamente. María es la llena de gracia porque el Señor está con ella. La gracia de la que está colmada es la presencia de Aquel que es la fuente de toda gracia “Alégrate Hija de Jerusalén el Señor estáSigue leyendo «En comunión con la santa Madre de Dios»

La petición de perdón

es el primer movimiento de la oración de petición (cf el publicano: “Oh Dios ten compasión de este pecador” Lc 18, 13). Es el comienzo de una oración justa y pura. La humildad confiada nos devuelve a la luz de la comunión con el Padre y su Hijo Jesucristo, y de los unos con losSigue leyendo «La petición de perdón»

EL EJEMPLO DE NAZARET

Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio. Aquí aprendemos a observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla, humilde y encantadora manifestación del Hijo de Dios entre los hombres. Aquí seSigue leyendo «EL EJEMPLO DE NAZARET»

Prudencia en las acciones

No hay que fijarse sin más de las palabras que se oyen ni de los consejos que se reciben. Todo debe pensarse ante Dios con prudencia y con calma. Lastima que tan frecuentemente pensemos y hablemos del prójimo más bien lo malo que lo bueno. Es señal de nuestra gran fragilidadPero las personas que tienenSigue leyendo «Prudencia en las acciones»

La envidia

es un pecado capital. Manifiesta la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de poseerlo, aunque sea en forma indebida. Cuando desea al prójimo un mal grave es un pecado mortal: San Agustín veía en la envidia el “pecado diabólico por excelencia” (De disciplina christiana, 7, 7) “De la envidia nacenSigue leyendo «La envidia»

Envidia

El décimo mandamiento exige que se destierre del corazón humano la envidia. Cuando el profeta Natán quiso estimular el arrepentimiento del rey David, le contó la historia del pobre que sólo poseía una oveja, a la que trataba como una hija, y del rico que, a pesar de sus numerosos rebaños, envidiaba al primero ySigue leyendo «Envidia»

El desorden de la concupiscencia

El apetito sensible nos impulsa a desear las cosas agradables que no poseemos. Así, desear comer cuando se tiene hambre, o calentarse cuando se tiene frío. Estos deseos son buenos en sí mismos; pero con frecuencia no guardan la medida de la razón y nos empujan a codiciar injustamente lo que no es nuestro ySigue leyendo «El desorden de la concupiscencia»

La pureza cristiana

exige una purificación del clima social. Obliga a los medios de comunicación social a una información cuidadosa del respeto y de la discreción. La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y las imágenes indecorosas

Juicio particular

«Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación, bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del cielo, bien para condenarse inmediatamente para siempre.» (Catecismo, 1022). En la Sagrada Escritura aparece clara la idea deSigue leyendo «Juicio particular»

El pudor

protege el misterio de las personas y de su amor. Invita a la paciencia y a la moderación en la relación amorosa; exige que se cumplan las condiciones del don y del compromiso definitivo del hombre y de la mujer entre sí. El pudor es modestia; inspira la elección de la vestimenta. Mantiene silencio oSigue leyendo «El pudor»