Sobre el Santo Sacrificio de la Misa

«Cuando la abeja ha recogido el roció del cielo y el néctar de las flores más dulce de la tierra, se apresura a su colmena. De la misma forma, el sacerdote, habiendo del altar al Hijo de Dios (que es como el rocío del cielo y verdadero hijo de María, flor de nuestra humanidad), teSigue leyendo «Sobre el Santo Sacrificio de la Misa»