«No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios» (Ex 20, 7; Dt 5, 11) «Se dijo a los antepasados: “No perjurarás”. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno» (Mt 5, 33-34). I. El Nombre del Señor es santo El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. Pertenece, como elSigue leyendo «EL SEGUNDO MANDAMIENTO»
Archivo de categoría: Prudencia
La santa Iglesia católica
No voy a hacer una exposición completa sobre la Iglesia. Teniendo ante los ojos los problemas teológicos actuales, voy a intentar poner de manifiesto el escándalo que para nosotros supone la fórmula “la santa Iglesia católica”, y dar la respuesta a la que apunta el texto del Símbolo. Sigue siendo válido lo que hemos afirmadoSigue leyendo «La santa Iglesia católica»
El primer mandamiento y la simonía
La simonía (cf Hch 8, 9-24) se define como la compra o venta de cosas espirituales. A Simón el mago, que quiso comprar el poder espiritual del que vio dotado a los Apóstoles, Pedro le responde: “Vaya tu dinero a la perdición y tú con él, pues has pensado que el don de Dios seSigue leyendo «El primer mandamiento y la simonía»
El primer mandamiento y el sacrilegio
El sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios. El sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía, pues en este sacramento el Cuerpo de Cristo se nos hace presente substancialmente (cfSigue leyendo «El primer mandamiento y el sacrilegio»
La entrega de las llaves del cielo
El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es “la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo” (DH 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, laSigue leyendo «La entrega de las llaves del cielo»
Promesas y votos
En varias circunstancias, el cristiano es llamado a hacer promesas a Dios. El Bautismo y la Confirmación, el Matrimonio y la Ordenación las exigen siempre. Por devoción personal, el cristiano puede también prometer a Dios un acto, una oración, una limosna, una peregrinación, etc. La fidelidad a las promesas hechas a Dios es una manifestaciónSigue leyendo «Promesas y votos»
El sacrificio
Es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de adoración y de gratitud, de súplica y de comunión: “Verdadero sacrificio es toda obra que se hace con el fin de unirnos a Dios en santa compañía, es decir, relacionada con el fin del bien, merced al cual podemos ser verdaderamente felices” (San Agustín, De civitateSigue leyendo «El sacrificio»
El sacrificio
Es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de adoración y de gratitud, de súplica y de comunión: “Verdadero sacrificio es toda obra que se hace con el fin de unirnos a Dios en santa compañía, es decir, relacionada con el fin del bien, merced al cual podemos ser verdaderamente felices” (San Agustín, De civitateSigue leyendo «El sacrificio»
El sacrificio
Es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de adoración y de gratitud, de súplica y de comunión: “Verdadero sacrificio es toda obra que se hace con el fin de unirnos a Dios en santa compañía, es decir, relacionada con el fin del bien, merced al cual podemos ser verdaderamente felices” (San Agustín, De civitateSigue leyendo «El sacrificio»
El sacrificio
Es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de adoración y de gratitud, de súplica y de comunión: “Verdadero sacrificio es toda obra que se hace con el fin de unirnos a Dios en santa compañía, es decir, relacionada con el fin del bien, merced al cual podemos ser verdaderamente felices” (San Agustín, De civitateSigue leyendo «El sacrificio»