Por tanto, que nada de lo que haces te parezca grande. Nada te parezca verdaderamente importante, ni sublime, ni admirable, ni precioso, ni realmente laudable ni deseable sino lo eterno.3:8 Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, ySigue leyendo «Nada más valioso que Cristo»
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La Eucaristía y la Sagrada Comunión
La Eucaristía y la Sagrada Comunión Excelencia, usted dijo antes que la solución a la actual crisis de la Iglesia es “redescubrir lo sobrenatural” y “dar primacía a lo sobrenatural en la vida de la Iglesia” a través de un enfoque renovado de la oración y de la Sagrada Eucaristía. ¿Puede volver ahora al misterioSigue leyendo «La Eucaristía y la Sagrada Comunión»
Como
Este “como” no es el único en la enseñanza de Jesús: «Sed perfectos “como” es perfecto vuestro Padre celestial» (Mt 5, 48); «Sed misericordiosos, “como” vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6, 36); «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que “como” yo os he amado, así os améis tambiénSigue leyendo «Como»
El Nombre de Dios Santo
El Nombre de Dios Santo se nos ha revelado y dado, en la carne, en Jesús, como Salvador (cf Mt 1, 21; Lc 1, 31): revelado por lo que Él es, por su Palabra y por su Sacrificio (cf Jn 8, 28; 17, 8; 17, 17-19). Esto es el núcleo de su oración sacerdotal: “PadreSigue leyendo «El Nombre de Dios Santo»
Que estás en el cielo
El símbolo del cielo nos remite al misterio de la Alianza que vivimos cuando oramos al Padre. Él está en el cielo, es su morada, la Casa del Padre es, por tanto, nuestra “patria”. De la patria de la Alianza el pecado nos ha desterrado (cf Gn 3) y hacia el Padre, hacia el cielo,Sigue leyendo «Que estás en el cielo»
Bueno, bello y Verdadero
4:8 Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud o valor, tenedlo en aprecioFilipenses
Felipenses
2:5 Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo:2:6 El cual, siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios2:7 sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo. Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre,2:8 se rebajó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz.2:9 Por esoSigue leyendo «Felipenses»
Los santos y el Cielo
Si estuviéramos bien convencidos -como lo estaban los santos de que la tierra es el destierro de las almas, un valle de lágrimas y de miserias, un desierto abrasador por el que hay que pasar antes de ir al oasis del Cielo, que es la patria verdadera de las almas, no solamente no temeríamos laSigue leyendo «Los santos y el Cielo»
La oración a Jesús
Esta invocación de fe bien sencilla ha sido desarrollada en la tradición de la oración bajo formas diversas en Oriente y en Occidente. La formulación más habitual, transmitida por los espirituales del Sinaí, de Siria y del Monte Athos es la invocación: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros, pecadores” Conjuga el himnoSigue leyendo «La oración a Jesús»
La Palabra de Dios
La Iglesia «recomienda insistentemente a todos sus fieles [] la lectura asidua de la Escritura para que adquieran “la ciencia suprema de Jesucristo” (Flp 3,8) []. Recuerden que a la lectura de la sagrada Escritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el hombre, pues “a Dios hablamos cuandoSigue leyendo «La Palabra de Dios»