La envidia

es un pecado capital. Manifiesta la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de poseerlo, aunque sea en forma indebida. Cuando desea al prójimo un mal grave es un pecado mortal: San Agustín veía en la envidia el “pecado diabólico por excelencia” (De disciplina christiana, 7, 7) “De la envidia nacenSigue leyendo «La envidia»

Envidia

El décimo mandamiento exige que se destierre del corazón humano la envidia. Cuando el profeta Natán quiso estimular el arrepentimiento del rey David, le contó la historia del pobre que sólo poseía una oveja, a la que trataba como una hija, y del rico que, a pesar de sus numerosos rebaños, envidiaba al primero ySigue leyendo «Envidia»

La inevitable pregunta

«No conozco ningún alfarero –dijo la olla–. Nací por mí misma y soy eterna». «Pobre loca. Se le ha subido el barro a la cabeza». Así reflejaba Franz Binhack en su obra Topfer und Topf, con cierto toque de humor, lo ridículo que resulta esa actitud de cerrar los ojos ante la inevitable pregunta sobreSigue leyendo «La inevitable pregunta»

Sobre el décimo mandamiento

No se quebranta este mandamiento deseando obtener cosas que pertenecen al prójimo siempre que sea por medios justos. La catequesis tradicional señala con realismo “quiénes son los que más deben luchar contra sus codicias pecaminosas” y a los que, por tanto, es preciso “exhortar más a observar este precepto”: «Hay comerciantes que desean la escasezSigue leyendo «Sobre el décimo mandamiento»

AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO

Décimo mantenimiento de la ley del Dios AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO No codiciarás nada que sea de tu prójimo» (Ex 20, 17) No desearás su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu prójimo (Dt 5, 21) «Donde esté tu tesoro,Sigue leyendo «AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO»

Templanza

No te creas más de lo que eres. Más bien acepta que es mucho lo que ignoras todavía No te inmagines que sabes y vales más que los demás. Recuerda que hay muchos que saben muchísimo más que tú, y que son más especializados en conocer la Ley de Dios No os estiméis en másSigue leyendo «Templanza»

Juicio universal

«La resurrección de todos los muertos, “de los justos y de los pecadores” (Hch 24, 15), precederá al Juicio final. Esta será “la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz […] y los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal,Sigue leyendo «Juicio universal»

La pureza cristiana

exige una purificación del clima social. Obliga a los medios de comunicación social a una información cuidadosa del respeto y de la discreción. La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y las imágenes indecorosas

El pudor

protege el misterio de las personas y de su amor. Invita a la paciencia y a la moderación en la relación amorosa; exige que se cumplan las condiciones del don y del compromiso definitivo del hombre y de la mujer entre sí. El pudor es modestia; inspira la elección de la vestimenta. Mantiene silencio oSigue leyendo «El pudor»

La pureza exige el pudor

Este es parte integrante de la templanza. El pudor preserva la intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas.