Podemos imaginar que delante de nosotros funciona día y noche, desde el instante en que empezó nuestra vida consciente y racional, una máquina cinematográfica invisible que está filmando nuestra vida interior y exterior. Es inútil cerrar la puerta con llave para quedarnos completamente solos, de nada sirve apagar la luz, pues el “cine de Dios”Sigue leyendo «EL JUICIO»
Archivo de categoría: 09. No codiciarás los bienes ajenos
La pureza exige el pudor
Este es parte integrante de la templanza. El pudor preserva la intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas.
El combate por la pureza
El Bautismo confiere al que lo recibe la gracia de la purificación de todos los pecados. Pero el bautizado debe seguir luchando contra la concupiscencia de la carne y los apetitos desordenados. Con la gracia de Dios lo consigue — mediante la virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite amar conSigue leyendo «El combate por la pureza»
A los limpios de corazón
se les promete que verán a Dios cara a cara y que serán semejantes a Él (cf 1 Co 13, 12, 1 Jn 3, 2). La pureza de corazón es el preámbulo de la visión. Ya desde ahora esta pureza nos concede ver según Dios, recibir al otro como un “prójimo”; nos permite considerar elSigue leyendo «A los limpios de corazón»
Vanidad
Vanidad de vanidades apegar el corazón a lo que acaba tan pronto, y no preocuparse por conseguir el cielo, donde los goces duran para siempreRecuerda con frecuencia: Ni el ojo se sacia de ver, ni el oído de oirPor lo tanto empéñate por no apegar tu corazón a los bienes visibles y pasajeros de esteSigue leyendo «Vanidad»
La purificación del corazón
El corazón es la sede de la personalidad moral: “de dentro del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones” (Mt 15, 19). La lucha contra la concupiscencia de la carne pasa por la purificación del corazón: «Mantente en la simplicidad y en la inocencia, y serás como los niños pequeños que ignoran la perversidadSigue leyendo «La purificación del corazón»
Espíritu y Cuerpo
En el hombre, porque es un ser compuesto de espíritu y cuerpo, existe cierta tensión, y se desarrolla una lucha de tendencias entre el “espíritu” y la “carne”. Pero, en realidad, esta lucha pertenece a la herencia del pecado. Es una consecuencia de él, y, al mismo tiempo, confirma su existencia. Forma parte de laSigue leyendo «Espíritu y Cuerpo»
Concupiscencia
San Juan distingue tres especies de codicia o concupiscencia: la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida (cf 1 Jn 2, 16 [Vulgata]). Siguiendo la tradición catequética católica, el noveno mandamiento prohíbe la concupiscencia de la carne; el décimo prohíbe la codicia del bien ajeno En sentidoSigue leyendo «Concupiscencia»
EL NOVENO MANDAMIENTO
«No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo» (Ex 20, 17) «El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón» (Mt 5, 28). https://www.pildorasdefe.net/amor/familia/matrimonio-razones-hombres-casados-no-deden-mirar-otras-mujeres