Esta petición y la responsabilidad que implica sirven además para otra clase de hambre de la que desfallecen los hombres: “No sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la boca de Dios” (Mt 4, 4, cf Dt 8, 3), es decir, de su Palabra ySigue leyendo «Danos hoy nuestro pan de cada día»
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Cruz de Cristo
6:14 En cuanto a mí, ¡Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo! Gálatas
Le hemos oído decir
«le hemos oído decir: “Yo destruiré este templo…”» (Mt 26, 61), cuando las verdaderas palabras de Cristo habían sido: «destruid este templo y yo lo reedificaré en tres días». Así siguieron los «testimonios», con palabras hipotéticas e insuficientes para constituir un cargo contra el acusado. Cristo, al pronunciar las palabras alusivas al templo, hacía referenciaSigue leyendo «Le hemos oído decir»
MANIFESTEMOS A CRISTO EN TODA NUESTRA VIDA
Hay tres cosas que manifiestan y distinguen la vida del cristiano: la acción, la manera de hablar y el pensamiento. De ellas, ocupa el primer lugar el pensamiento; viene en segundo lugar la manera de hablar, que descubre y expresa con palabras el interior de nuestro pensamiento; en este orden de cosas, al pensamiento ySigue leyendo «MANIFESTEMOS A CRISTO EN TODA NUESTRA VIDA»
Parusia
En la Oración del Señor, se trata principalmente de la venida final del Reino de Dios por medio del retorno de Cristo (cf Tt 2, 13). Pero este deseo no distrae a la Iglesia de su misión en este mundo, más bien la compromete. Porque desde Pentecostés, la venida del Reino es obra del EspírituSigue leyendo «Parusia»
Venga a nosotros tu Reino
En el Nuevo Testamento, la palabra basileia se puede traducir por realeza (nombre abstracto), reino (nombre concreto) o reinado (de reinar, nombre de acción). El Reino de Dios es para nosotros lo más importante. Se aproxima en el Verbo encarnado, se anuncia a través de todo el Evangelio, llega en la muerte y la ResurrecciónSigue leyendo «Venga a nosotros tu Reino»
Pobres pecadores
«¿Quién podría santificar a Dios puesto que Él santifica? Inspirándonos nosotros en estas palabras “Sed santos porque yo soy santo” (Lv 20, 26), pedimos que, santificados por el bautismo, perseveremos en lo que hemos comenzado a ser. Y lo pedimos todos los días porque faltamos diariamente y debemos purificar nuestros pecados por una santificación incesanteSigue leyendo «Pobres pecadores»
Santa y pecadora
San Lucas prescindió de estas mujeres para presentar inmaculada la serie de la estirpe sacerdotal. Pero la decisión de San Mateo no es sin razón y justicia, puesto que al anunciar la generación de Cristo según la carne, que tomaba sobre sí los pecados de todos, sujeto a los ultrajes y sometido a los sufrimientos,Sigue leyendo «Santa y pecadora»
MI AMOR ESTÁ CRUCIFICADO
De nada me servirían los placeres terrenales ni los reinos de este mundo. Prefiero morir en Cristo Jesús que reinar en los confines de la tierra. Todo mi deseo y mi voluntad están puestos en aquel que por nosotros murió y resucitó. Se acerca ya el momento de mi nacimiento a la vida nueva. PorSigue leyendo «MI AMOR ESTÁ CRUCIFICADO»
Que estás en el cielo
El símbolo del cielo nos remite al misterio de la Alianza que vivimos cuando oramos al Padre. Él está en el cielo, es su morada, la Casa del Padre es, por tanto, nuestra “patria”. De la patria de la Alianza el pecado nos ha desterrado (cf Gn 3) y hacia el Padre, hacia el cielo,Sigue leyendo «Que estás en el cielo»