Como tú

Como tú, adorado Esposo mío, quisiera ser flagelada y crucificada… Quisiera morir desollada, como San Bartolomé… Quisiera ser sumergida, como San Juan, en aceite hirviendo… Quisiera sufrir todos los suplicios infligidos a los mártires… Con Santa Inés y Santa Cecilia, quisiera presentar mi cuello a la espada, y como Juana de Arco, mi hermana querida,Sigue leyendo «Como tú»

Imitación de Cristo

Piensa continuamente en el Altísimo y eleva tu corazón a Cristo sin cesar. Si no sabes meditar en temas celestiales y sublimes, descansa tu corazón meditando en la Pasión de Cristo, deleitándote en pensar con cariño en sus preciosas llagas y en sus sufrimientos.Si con el pensamiento te refugias piadosamente en las heridas y estigmasSigue leyendo «Imitación de Cristo»

Acusaciones contra Cristo

En el caso de Jesús, se presentaron dos testigos que declararon juntos, cosa que iba también contra la ley, como señala el libro de Daniel en el caso de la casta Susana y los vejetes abusadores (Dan 13, 51: «separadles unos de otros y yo los examinaré»). Si una vez separados los testimonios no coincidíanSigue leyendo «Acusaciones contra Cristo»

Monte Sión

No debe de sorprendernos saber que cuando acudimos a Misa, vamos a la morada del Rey David: «Os habéis acercado al Monte Sión, a la ciudad del Dios Vivo». La Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles en asamblea gozosa, y a la iglesia (ekklesia) de los primogénitos (Hb, 12, 22). Aunque la Jerusalén terrenalSigue leyendo «Monte Sión»

Sacerdotes, los ancianos y los escribas

En casa del Sumo Sacerdote Caifás, estaban, «todos los príncipes de los sacerdotes, los ancianos y los escribas» (Mc 14, 53), es decir, las tres castas que formaban el Gran Sanedrín. Seguramente que a causa de la hora y por la prontitud de los acontecimientos, no estaban los setenta y un miembros reunidos; además, segúnSigue leyendo «Sacerdotes, los ancianos y los escribas»

¿Cuántos soldados detuvieron a Cristo?

Hay un detalle importante en el prendimiento, que normalmente se soslaya al leer los relatos de la Pasión. San Juan en su relato menciona, junto con los servidores del Sanedrín, la speira (o «cohorte» en latín) con su jefe (xiliaryos, en griego), que comandaba la tropa. Una speira romana estaba compuesta de alrededor de seiscientosSigue leyendo «¿Cuántos soldados detuvieron a Cristo?»

El precio de un esclavo

El prendimiento de Jesús Todo estaba previsto para detener a Cristo, pero un acontecimiento inesperado cambiaría los planes: «Judas, llamado el Iscariote, uno de los doce, vino a los príncipes de los sacerdotes, para entregarles a Jesús. Y planeó con los príncipes de los sacerdotes y los magistrados cómo le entregaría. Estos al verle, seSigue leyendo «El precio de un esclavo»

Evangelio

Aleluya, aleluya, aleluya. Bienaventurada tú, que has creído, Virgen María,porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.Aleluya, aleluya, aleluya. EVANGELIOLc 1, 39-56. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Lectura del santo Evangelio según san Lucas. EN aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisaSigue leyendo «Evangelio»

Evangelio

San Juan 20:19-23Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraronSigue leyendo «Evangelio»

Felipenses

2:5  Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo:2:6  El cual, siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios2:7  sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo. Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre,2:8  se rebajó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz.2:9  Por esoSigue leyendo «Felipenses»