Imprudente quien coloca su esperanza en las personas humanas o en las demás creaturas. Maldito el hombre que confía en el hombre, dijo el profeta Jeremías. Y añade: Bendito aquel que sabe confiar en Dios (Jeremías 17) No te avergüences de prestar servicios humildes a otros por amor de Jesucristo, ni de aparecer pobre enSigue leyendo «Contra el orgullo y sus vanas esperanzas»
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La pobreza de corazón
Jesús exhorta a sus discípulos a preferirle a Él respecto a todo y a todos y les propone “renunciar a todos sus bienes” (Lc 14, 33) por Él y por el Evangelio (cf Mc 8, 35). Poco antes de su pasión les mostró como ejemplo la pobre viuda de Jerusalén que, de su indigencia, dioSigue leyendo «La pobreza de corazón»
Él primer pesebre
Tomás de Celano (c.1190 – c. 1260), biógrafo de San Francisco y de Santa ClaraVita Prima de san Francisco, § 84-86 San Francisco ante el primer pesebre de Navidad Unos quince días antes de Navidad, Francisco dijo: “Quiero evocar el recuerdo del Niño nacido en Belén y de todas las penurias que tuvo queSigue leyendo «Él primer pesebre»
Oración
Dios todopoderoso, que otorgaste a san Francisco de Asís la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro Señor Jesucristo
¿La iglesia es Santa?
¿La Iglesia es Santa?Aquello a los que la iglesia honra como Santos son quienes corresponden de manera ejemplar a la Gracia de Dios. A menudo esa Gracia se manifiesta con signos externos, como la vida heroicamente virtuosa, una muerte martirial o, incluso con la realización de grandes milagros
Santo y Hereje
¿Cuál es la diferencia entre «santo» y «hereje»? Para responder a esa pregunta propongo usar el método del contraste llamativo, de forma que el SANTO sea representado por uno de las grandes figuras reformadoras de la Iglesia: San Francisco de Asís; y el HEREJE lo sea por uno de los mayores deformadores de la misma:Sigue leyendo «Santo y Hereje»
Buey y el asno
Isaías 1:2 Oíd, cielos; escucha, tierra, que habla Yahvé: «Hijos crié y saqué adelante, y ellos se rebelaron contra mí. 1:3 Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Pero Israel no conoce, mi pueblo no discierne
Loado, sea mi Señor
Por la hermana muerte, ¡loado mi Señor! Ningún viviente escapa de su persecución; ¡ay si en pecado grave sorprende al pecador! ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios! (San Francisco de Asís, Canticum Fratris Solis) La Piedad del Vaticano o Pietà. Miguel Ángel 1498-1499 La Virgen María, joven, bella y piadosa, cuyas vestiduras seSigue leyendo «Loado, sea mi Señor»