Van a él los que mueren en pecado mortal

«Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno»

Oración de lamentación y oración de esperanza

El Nuevo Testamento no contiene apenas oraciones de lamentación, frecuentes en el Antiguo Testamento. En adelante, en Cristo resucitado, la oración de la Iglesia es sostenida por la esperanza, aunque todavía estemos en la espera y tengamos que convertirnos cada día. La petición cristiana brota de otras profundidades, de lo que san Pablo llama elSigue leyendo «Oración de lamentación y oración de esperanza»

Pena de daño

Coinciden con esta dolorosa descripción las palabras de san Juan Crisóstomo quien afirma que “el haber perdido bienes tan grandes produce en el condenado tal dolor, aflicción y angustia, que, aunque no hubiera ningún otro suplicio destinado a los pecadores, él solo podría producir en el alma mayor dolor y perturbación que todos los demásSigue leyendo «Pena de daño»

La oración de petición

El vocabulario neotestamentario sobre la oración de súplica está lleno de matices: pedir, reclamar, llamar con insistencia, invocar, clamar, gritar, e incluso “luchar en la oración” (cf Rm 15, 30; Col 4, 12). Pero su forma más habitual, por ser la más espontánea, es la petición: Mediante la oración de petición mostramos la conciencia deSigue leyendo «La oración de petición»

Pena de daño

El Magisterio de la Iglesia, desde sus inicios, y en unanimidad con los Padres de la Iglesia, ha sido claro en enseñar que «la pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y aSigue leyendo «Pena de daño»

La adoración

es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su Creador. Exalta la grandeza del Señor que nos ha hecho (cf Sal 95, 1-6) y la omnipotencia del Salvador que nos libera del mal. Es la acción de humillar el espíritu ante el “Rey de la gloria” (Sal 14, 9-10) y el silencioSigue leyendo «La adoración»

La bendición y la adoración

Dos formas fundamentales expresan este movimiento: o bien la oración asciende llevada por el Espíritu Santo, por medio de Cristo hacia el Padre (nosotros le bendecimos por habernos bendecido; cf Ef 1, 3-14; 2 Co 1, 3-7; 1 P 1, 3-9); o bien implora la gracia del Espíritu Santo que, por medio de Cristo, desciendeSigue leyendo «La bendición y la adoración»

La bendición y la adoración

La bendición expresa el movimiento de fondo de la oración cristiana: es encuentro de Dios con el hombre; en ella, el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y se unen. La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombreSigue leyendo «La bendición y la adoración»