La Última Cena y el Reino de Dios

En la última cena, Jesús no entrega a otros su reino. Porque continúa refiriéndose a él como «mi Reino». Los apóstoles no le sustituyen en ningún modo, aunque puedan compartir su reinado y su sacerdocio. El verdadero propósito de la nueva alianza, dice Jesús, es admitir a los discípulos «a comer y beber a miSigue leyendo «La Última Cena y el Reino de Dios»

Felipenses

2:5  Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo:2:6  El cual, siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios2:7  sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo. Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre,2:8  se rebajó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz.2:9  Por esoSigue leyendo «Felipenses»

Santo Sacrificio de la Misa y el Reino de Dios

Con las invocaciones a la alianza, Jesús califica la Última Cena como una comida de renovación de la alianza, al igual que la Pascua era la comida en la que se renovaba la alianza de Dios con Moisés. Cuando los cristianos toman el cáliz eucarístico, reafirman su lugar dentro de la alianza; en la renovadaSigue leyendo «Santo Sacrificio de la Misa y el Reino de Dios»

El Reino de Dios

Ardientemente he deseado comer esta pascua con vosotros, antes de padecer, porque os digo que no la volveré a comer hasta que tenga su cumplimiento en el Reino de Dios. Y tomando el cáliz, dio gracias y dijo: Tomadlo y distribuidlo entre vosotros; pues os digo que a partir de ahora no beberé el frutoSigue leyendo «El Reino de Dios»

EL PAN CELESTIAL Y LA BEBIDA DE SALVACIÓN

Nuestro Señor Jesucristo, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo», y, después de tomar el cáliz y pronunciar la acción de gracias, dijo: «Tomad, bebed, ésta es mi sangre». Si fueSigue leyendo «EL PAN CELESTIAL Y LA BEBIDA DE SALVACIÓN»

Cuatro mensajeros

Cuatro cosas nos enseña el Evangelio sobre Jesucristo: la Divinidad que asume la naturaleza humana; la naturaleza humana que es asumida; su Muerte, por la que somos librados de la esclavitud; y su Resurrección, por la que se nos abre la puerta a la vida gloriosa. Esto es lo que profetiza Ezequiel bajo la figuraSigue leyendo «Cuatro mensajeros»

Los ausentes

El sacerdote no dice solamente. «Este es el cáliz de mi sangre», sino que añade: «Derramada por vosotros y por muchos otros, para la remisión de los pecados». Así como las primeras palabras han sido cumplidas infaliblemente, las últimas deben serlo también. «Por vosotros y por muchos otros», es decir , por vosotros que asistísSigue leyendo «Los ausentes»

Santo Sacrificio de la Misa

La Sangre que salió del costado del Salvador, está en el cáliz; y está en él para ser ofrecida una vez más por la remisión de los pecados, como lo indican las palabras de la ConsagraciónESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS OTROS, PARA LA REMISIÓN DE LOS PECADOSElSigue leyendo «Santo Sacrificio de la Misa»

Ven, Espíritu Santo

«Nadie puede decir: “¡Jesús es Señor!” sino por influjo del Espíritu Santo» (1 Co 12, 3). Cada vez que en la oración nos dirigimos a Jesús, es el Espíritu Santo quien, con su gracia preveniente, nos atrae al camino de la oración. Puesto que Él nos enseña a orar recordándonos a Cristo, ¿cómo no dirigirnosSigue leyendo «Ven, Espíritu Santo»