Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»
Archivo de categoría: Paciencia
¿Dónde ve usted señales de esperanza?
Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»
¿Dónde ve usted señales de esperanza?
Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»
¿Dónde ve usted señales de esperanza?
Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»
¿Dónde ve usted señales de esperanza?
Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»
¿Dónde ve usted señales de esperanza?
Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»
De la alteza de la libertad del alma, la cual se obtiene con la humilde oración, mejor que con la lectura
Oh Dios mió! Oh dulzura inefable! Amárgame todo consuelo carnal que del amor de lo eterno me aparte, y que culpablemente me atraiga mostrándome algún objeto de fugaz deleite Dios mío, que la carne y la sangre no me venzan y subyuguen; que el mundo con su efímera gloria no me engañe, que el diabloSigue leyendo «De la alteza de la libertad del alma, la cual se obtiene con la humilde oración, mejor que con la lectura»
Y son dos caminos hermosos, porque ahora es tiempo de Gracia
Evangelio según san Mateo, 3: 7- 10 Viendo a muchos fariseos y saduceos que venían a bautizarse, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la justicia que sobre vosotros venía? Haced frutos dignos de penitencia. Y no queráis decir dentro de vosotros mismos: Tenemos por padre a Abraham, porque enSigue leyendo «Y son dos caminos hermosos, porque ahora es tiempo de Gracia»
Dejar el mundo atrás
Evangelio según san Mateo, 3: 5- 6 Entonces salía hacia él Jerusalén y toda la Judea, y toda la región cercana a las márgenes del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados. (vv. 5- 6) Bien se decía que los que iban a bautizarse salían a encontrarse con el profeta,Sigue leyendo «Dejar el mundo atrás»
Cilicio
Evangelio según san Mateo, 3: 4- 4 El mismo San Juan tenía vestido de pelos de camello, y un ceñidor de piel rodeaba su cintura. Su alimento era de langostas y de miel silvestre. (v. 4) A los siervos del Señor no conviene tener el vestido de lujo, ni usarlo para complacencia de la carne,Sigue leyendo «Cilicio»