¡Crucifícale!

Queréis que os suelte al rey de los judíos?» (Mc 15, 9) les preguntará con ironía. Y todos preferirán a Barrabás[ 79]. – «¡¡¡ Crucifícale!!! ¡¡¡ Crucifícale!!!»–gritarían ante el asombro del romano. – «Qué mal ha hecho?». – «¡ Crucifícale!»–fue la respuesta. Mientras Pilato estaba sentado en su silla de juez recibirá el mensaje deSigue leyendo «¡Crucifícale!»

Misión del hombre

El hombre fue creado para “conocer, amar y servir a Dios”. Esta es su misión en esta tierra y el único medio para alcanzar la felicidad plena. En este conocimiento, amor y servicio a Dios, en el cumplimiento alegre y gozoso de su Voluntad, se encuentra la clave de la santidad. Fuimos creados para laSigue leyendo «Misión del hombre»

La costumbre de liberar a un preso para la Pascua

Con ocasión de la fiesta de la Pascua, era costumbre, que el pueblo pidiera la liberación de un prisionero: símbolo de la benevolencia romana en sus provincias ocupadas. Aquella solemne celebración recordaba otra liberación, la del pueblo hebreo de Egipto; así lo señala Louis Monloubou: «El privilegio aparece como algo completamente lógico. Era el modoSigue leyendo «La costumbre de liberar a un preso para la Pascua»

LA DOXOLOGÍA FINAL

La doxología final “Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre Señor” vuelve a tomar, implícitamente, las tres primeras peticiones del Padrenuestro: la glorificación de su Nombre, la venida de su Reino y el poder de su Voluntad salvífica. Pero esta repetición se hace en forma de adoración y de acciónSigue leyendo «LA DOXOLOGÍA FINAL»

Confíteor

Confíteor Deo omnipoténti, beatæ Mariæ semper Vírgini, beato Michaëli Archángelo, beato Ioanni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et vobis, fratres: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et ópere.Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.Ídeo precor beatam Maríam semper Vírginem, beatum Michaëlem Ar­chán­gelum, beatum Ioannem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, etSigue leyendo «Confíteor»

Santo Sacrificio

Escuchemos las vivas exhortaciones del Apóstol (Hebreos 4, 16). Id apresuraos llenos de confianza ante el trono de la gracia, para recibir allí misericordia y obtener socorro en vuestras necesidades. ¿Cuál es este trono de gracia?, no es el Cielo, puesto que no podemos subir hasta allí; tampoco es el arca de la alianza, queSigue leyendo «Santo Sacrificio»

Santos

Un sabio decía: Dadme una palanca, un punto de apoyo, y levantaré al mundo. Lo que Arquímedes no pudo lograr, porque su petición no se dirigía a Dios y porque la hacía desde el punto de vista material, los santos lo lograron en toda su plenitud. El Todopoderoso les dió un punto de apoyo: ÉlSigue leyendo «Santos»

El Pincelito

Si el lienzo que pinta un artista pudiera pensar y hablar, seguramente no se quejaría de que el pincel lo toque y lo retoque sin cesar; ni tampoco envidiaría la suerte de ese instrumento, pues sabría que la belleza que lo adorna no se la debe al pincel sino al artista que lo maneja ElSigue leyendo «El Pincelito»

Perdonar a quienes nos ofenden

Así, adquieren vida las palabras del Señor sobre el perdón, este Amor que ama hasta el extremo del amor (cf Jn 13, 1). La parábola del siervo sin entrañas, que culmina la enseñanza del Señor sobre la comunión eclesial (cf. Mt 18, 23-35), acaba con esta frase: “Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestialSigue leyendo «Perdonar a quienes nos ofenden»

Quien soy yo?

¿Por qué los santos han dado tanta importancia al conocimiento de sí mismos? ¿Qué relación tiene el conocimiento propio con la santidad? ¿Acaso no basta conocer a Dios para tener los elementos suficientes para llegar al Cielo? En realidad, una persona puede tener un vasto conocimiento de las cosas de Dios, puede ser un extraordinarioSigue leyendo «Quien soy yo?»