¿Dónde ve usted señales de esperanza?

Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»

¿Dónde ve usted señales de esperanza?

Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»

¿Dónde ve usted señales de esperanza?

Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»

¿Dónde ve usted señales de esperanza?

Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»

Ricardo, tienes hambre ¿no es así?

-Ricardo, tienes hambre ¿no es así? -Oh, no, he comido por el camino -!Quién sabe lo que habrás comido! -Para mi fué suficiente! Puede ser que durante el largo trayecto se haya detenido en una fuente, mojado el pan en el agua límpida, y condimentándolo con muchas oraciones, se haya puesto contento pensando en lasSigue leyendo «Ricardo, tienes hambre ¿no es así?»

De la alteza de la libertad del alma, la cual se obtiene con la humilde oración, mejor que con la lectura

Oh Dios mió! Oh dulzura inefable! Amárgame todo consuelo carnal que del amor de lo eterno me aparte, y que culpablemente me atraiga mostrándome algún objeto de fugaz deleite Dios mío, que la carne y la sangre no me venzan y subyuguen; que el mundo con su efímera gloria no me engañe, que el diabloSigue leyendo «De la alteza de la libertad del alma, la cual se obtiene con la humilde oración, mejor que con la lectura»

Errores de la Teología de la Liberación

Igualmente es una ilusión mortal creer que las nuevas estructuras por sí mismas darán origen a un « hombre nuevo », en el sentido de la verdad del hombre. El cristiano no puede desconocer que el Espíritu Santo, que nos ha sido dado, es la fuente de toda verdadera novedad y que Dios es elSigue leyendo «Errores de la Teología de la Liberación»

Perdonar

Revivir el momento, pero con Jesús: Los acontecimientos dolorosos son inevitables, pero llenarse de rencor sí se puede evitar. El problema no fue el acto concreto que otro hizo y nos causó dolor, sino la manera en que lo asumimos, sin Cristo, con soberbia, y así se introdujo la semilla del odio en el corazón.Sigue leyendo «Perdonar»

Hay que reconocer los inmensos beneficios que Dios nos hace

Señor, aún considero como gran beneficio tuyo el no tener mucho de eso que, según las exteriores apariencias y estimación humana, es honroso y glorioso De manera que al considerar uno su pobreza y humilde condición, no sólo no debe parecerle cosa dura, ni entristecerse y abatirse; sino que debe sentir más bien gran alegríaSigue leyendo «Hay que reconocer los inmensos beneficios que Dios nos hace»

Los 2 deudores

El Señor narra la parábola del siervo sin entrañas (Mt 18,23-35). En resumen, un rey perdona a un criado una deuda de diez mil talentos; este criado se encuentra con alguien que le debe cien denarios y no lo perdona. El rey se entera, se enfada y envía a este siervo inicuo a la cárcel.Sigue leyendo «Los 2 deudores»