He aquí el alfa y la omega, el principio y el fin de toda la creación. La misma encarnación del Verbo y la redención del género humano no tienen otra finalidad última que la gloria de Dios: cuando le queden sometidas todas las cosas, entonces el mismo Hijo se sujetará a quien a El todoSigue leyendo «¡La gloria de Dios!»
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SIN LA CARIDAD, TODO ES VANIDAD DE VANIDADES
La caridad es aquella buena disposición del ánimo que nada antepone al conocimiento de Dios. Nadie que esté subyugado por las cosas terrenas podrá nunca alcanzar esta virtud del amor a Dios.El que ama a Dios antepone su conocimiento a todas las cosas por él creadas, y todo su deseo y amor tienden continuamente haciaSigue leyendo «SIN LA CARIDAD, TODO ES VANIDAD DE VANIDADES»
Tentación
Evangelio según san Mateo, 4: 1- 2 Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu, para que fuese tentado por el diablo, y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre. (vv. 1- 2) Cualquiera que seas, por grandes que sean las tentaciones que sufras después del bautismo, no te turbes porSigue leyendo «Tentación»
Eucaristía
En el más sagrado de los sacramentos, en la Eucaristía, se produce un cambio maravilloso, a saber, de la entera sustancia del pan en el cuerpo de Cristo y de la entera sustancia del vino en su sangre, un cambio que la Iglesia católica muy adecuadamente llama transubstanciación (cf. IV Concilio de Letrán, c. 1;Sigue leyendo «Eucaristía»
El matrimonio
El matrimonio es por mandato divino y ley natural la unión indisoluble de un varón y una mujer (cf. Gén 2,24; Mc 10,7- 9; Ef 5,31- 32). «Por su índole natural, la institución del matrimonio y el amor conyugal están ordenados por sí mismos a la procreación y a la educación de la prole, conSigue leyendo «El matrimonio»
Frutos de la oración
Nos saca del pecado es el primer fruto de la oración. Así decía santa Catalina de Siena: “o dejamos la oración o dejamos el pecado”. En este orden de ideas, “la oración restablece al hombre en la semejanza con Dios” (Catecismo, 2572) y transforma el corazón. (cf. Catecismo, 2739)
El don del libre albedrío
con que Dios Creador dotó a la persona humana, concede al hombre el derecho natural de elegir únicamente el bien y lo verdadero. Ningún ser humano tiene, por tanto, el derecho natural a ofender a Dios escogiendo el mal moral del pecado o el error religioso de la idolatría, de la blasfemia o una falsaSigue leyendo «El don del libre albedrío»
Dejar atrás el pecado porque Dios viene al hombre
Evangelio según san Mateo, 3: 13- 15 Entonces vino Jesús de Galilea al Jordán a donde estaba Juan, para ser bautizado por él. San Juan se lo estorbaba, diciendo: «Yo debo ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?». Respondiendo Jesús, le dijo: «Déjame ahora. Así conviene que nosotros cumplamos la justicia»; y entoncesSigue leyendo «Dejar atrás el pecado porque Dios viene al hombre»
En el aspecto moral, psicológico y espiritual
La respuesta a los llamados de Dios: muchas personas no se han podido perdonar el hecho de no haber respondido a Dios con la generosidad que Él exigía. Cierto es que “el amor de Cristo nos apremia” (2 Cor 5,14), sin embargo, siempre estamos a tiempo para decirle a Dios: “hágase en mí según tuSigue leyendo «En el aspecto moral, psicológico y espiritual»
¿Dónde ve usted señales de esperanza?
Por la gracia de la Divina Providencia, que nunca falla, podemos observar señales de la verdadera primavera. Podemos ver unas cuantas campanillas de invierno11: estos son los pequeñas dentro de la Iglesia, aquellos que no forman parte de la estructura administrativa, ni del poder de la nomenklatura eclesial. Estas espirituales campanillas de invierno son losSigue leyendo «¿Dónde ve usted señales de esperanza?»