En comunión con la santa Madre de Dios

“Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Pidiendo a María que ruegue por nosotros, nos reconocemos pecadores y nos dirigimos a la “Madre de la Misericordia”, a la Toda Santa. Nos ponemos en sus manos “ahora”, en el hoy de nuestras vidas. Y nuestra confianza se ensancha para entregarle desdeSigue leyendo «En comunión con la santa Madre de Dios»

En comunión con la santa Madre de Dios

“Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Pidiendo a María que ruegue por nosotros, nos reconocemos pecadores y nos dirigimos a la “Madre de la Misericordia”, a la Toda Santa. Nos ponemos en sus manos “ahora”, en el hoy de nuestras vidas. Y nuestra confianza se ensancha para entregarle desdeSigue leyendo «En comunión con la santa Madre de Dios»

En comunión con la santa Madre de Dios

“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros ” Con Isabel, nos maravillamos y decimos: “¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?” (Lc 1, 43). Porque nos da a Jesús su hijo, María es madre de Dios y madre nuestra; podemos confiarle todos nuestros cuidados y nuestras peticiones: oraSigue leyendo «En comunión con la santa Madre de Dios»

En comunión con la santa Madre de Dios

Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”. Después del saludo del ángel, hacemos nuestro el de Isabel “Llena [] del Espíritu Santo” (Lc 1, 41), Isabel es la primera en la larga serie de las generaciones que llaman bienaventurada a María (cf. Lc 1, 48): “BienaventuradaSigue leyendo «En comunión con la santa Madre de Dios»

La formación cristiana

los Cristianos tenemos el deber de formarnos y conocer a fondo nuestra fe, pues como nos lo dijo nuestro primer Papa, el apóstol San Pedro: estad “siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza” (1 Pe 3,15)

En comunión con la santa Madre de Dios

“Llena de gracia, el Señor es contigo”: Las dos palabras del saludo del ángel se aclaran mutuamente. María es la llena de gracia porque el Señor está con ella. La gracia de la que está colmada es la presencia de Aquel que es la fuente de toda gracia “Alégrate Hija de Jerusalén el Señor estáSigue leyendo «En comunión con la santa Madre de Dios»

Santa Teresa de Jesús

vivió muriendo de amor, deseando ardientemente morir para ver a Dios. Fue impresionante -declaran los testigos que lo vieron- la expresión de su alegría celestial cuando, al recibir el viático en su pobre celda de Alba de Tormes, le decía a su Dios y Señor: “ya es hora, Señor, ya es hora de que nosSigue leyendo «Santa Teresa de Jesús»

Dios te salve, María (Alégrate, María)

La salutación del ángel Gabriel abre la oración del Avemaría. Es Dios mismo quien por mediación de su ángel, saluda a María. Nuestra oración se atreve a recoger el saludo a María con la mirada que Dios ha puesto sobre su humilde esclava (cf Lc 1, 48) y a alegrarnos con el gozo que DiosSigue leyendo «Dios te salve, María (Alégrate, María)»

Santa Catalina de Siena

sentía una tan grande impaciencia de morir, que casi perdía la razón. Llamaba a la muerte con palabras tiernas y amorosas, invitándola a no retardar más su venida. En cierta ocasión el Señor le permitió un profundo éxtasis, en el que experimentó el Cielo por unos instantes, y después de volver en sí lloró amargamenteSigue leyendo «Santa Catalina de Siena»

En comunión con la santa Madre de Dios

A partir de esta cooperación singular de María a la acción del Espíritu Santo, las Iglesias han desarrollado la oración a la santa Madre de Dios, centrándola sobre la persona de Cristo manifestada en sus misterios. En los innumerables himnos y antífonas que expresan esta oración, se alternan habitualmente dos movimientos: uno “engrandece” al SeñorSigue leyendo «En comunión con la santa Madre de Dios»